Su viaje es una primera respuesta a la invitación del Secretario de Estado del Vaticano, Card. Pietro Parolin, que a principios de julio pasado realizó una visita pastoral a la República Democrática del Congo en nombre del Papa Francisco. De hecho el Pontífice suspendió su viaje apostólico y tuvo que quedarse en el Vaticano por el recrudecimiento del dolor de rodilla. "Paz, fraternidad, alegría" fueron las palabras clave de la homilía del Cardenal Parolín dirigida a los 100 mil participantes en la celebración eucarística de Kinshasa.
La estabilidad del país africano está comprometida por numerosos males en la sociedad, en la economía y el medio ambiente. Los salesianos son uno de los puntos de fuerza para salir de la actual situación en la que “las ansias de materias primas, la sed de dinero y de poder cierran las puertas de la paz y suponen un atentado contra el derecho a la vida y a la serenidad de las personas”, como denunció el Secretario de Estado del Vaticano.
“Los puntos avanzados de las misiones de los hijos de Don Bosco operan donde se registra explotación de menores como en la zona de las minas, prejuicios ancestrales hacia los que nacen con anomalías físicas, o violencia contra las mujeres jóvenes”, explican a “Missioni Don Bosco”.
Viven en la frontera con zonas sujetas a la acción de grupos armados antigubernamentales: unos días antes de su asesinato el 22 de febrero de 2021, el embajador italiano Luca Attanasio había ido a saludar a los salesianos y cooperantes de Goma, en la conflictiva región de Kivu.
Además en el contexto de región del Congo, hoy cae la sombra oscura de la búsqueda sin titubeos morales de nuevos yacimientos de coltán, materia prima esencial para la electrónica y de las enormes riquezas del subsuelo.
Los salesianos que se dedican desde hace muchos años al desarrollo integral de los jóvenes de esta región están presentes en Congo-Kinshasa desde hace 110 años, y en Congo-Brazzaville desde hace 60: en ambos países están arraigados con escuelas, centros juveniles, parroquias, Centros de Formación Profesional, proyectos de desarrollo agrícola, casas de albergue para niños de la calle, madres solteras, y jóvenes vulnerables...
El viaje del padre Antúnez confirma el compromiso salesiano de hacer crecer las obras iniciadas y afrontar nuevos desafíos. En particular, el programa incluye etapas en dos misiones de valor emblemático para los Hijos de Don Bosco: la de Mbuji May, donde los salesianos trabajan por la protección de los niños acusados de brujería y que por ello son perseguidos en sus pueblos; y la de Tshikapa, destinada a evaluar las posibilidades de construir una escuela primaria en una zona notoria por la explotación de minas de diamantes -actividad que también implica trabajo infantil- y donde la tasa de analfabetismo alcanza el 47%.
Para tener más información, visitar el sitio web: www.missionidonbosco.org
