Juegos, acometidas, meriendas al aire libre, bromas, pequeños talleres artísticos, momentos de reflexión, momentos para compartir, oportunidades de crecimiento a través del servicio... Lo que ocurre desde siempre en todo oratorio, especialmente en verano, cuando los momentos son más relajados y propicios para el descanso de las actividades normales, lo proponen los Hijos de Don Bosco durante una semana a partir de hoy, también en Kiev.
La iniciativa la lanzaron con un video, difundido en las redes sociales indicando que los primeros destinatarios son los niños, niñas y muchachos reunidos con la experiencia de los oratorios ambulantes, los cuales comenzaron tan pronto como la guerra aflojó un poco su control sobre la capital y los pueblos de los alrededores.
“Vamos a los pueblos del noroeste de la región de Kiev, que por casi dos meses fueron ocupados por el ejército ruso y ofrecemos nuestra presencia a los niños que se han quedado aquí y que son víctimas de esta guerra”, explicó el Director de la comunidad salesiana de Kiev, padre Maksym Ryabukha, quien está organizando todo.
Pero no es sólo la capital ucraniana la que está interesada en esta propuesta. Para permanecer fieles al legado de Don Bosco de servir a los jóvenes, y entre ellos a los más necesitados, en las próximas semanas se construirán campamentos similares en otras realidades entre las más probadas por la guerra, en la zona de Chernobyl y en la región de Poltava, una aldea donde se alojan familias de refugiados.
A pesar de las dificultades para llevar a cabo estas iniciativas en un país que es víctima de bombardeos y atentados, el padre Ryabukha y el equipo de sus colaboradores están muy motivados, porque tienen una importante misión que realizar: “Tratamos de hacer vivir al menos algunos momentos serenos a los jóvenes que han visto la muerte de frente y que buscan la vida con todas sus fuerzas”.