Explicando el significado del reconocimiento, el párroco Gianmario Lanfranchini, comentó el pergamino escrito con motivo del reconocimiento de 1929 que reportaba la inscripción latina “Andrea vivas in Deo et memor sis nostra”, de la siguiente manera: "Andrea ¡vive en Dios y acuérdate de nosotros! ¡Estas palabras indican la devoción de los Omegnesi hacia este amado hijo de la Ciudad!”, dijo.

“Este año se cumplen 125 años de la muerte del venerable padre Andrea Beltrami, sacerdote salesiano, fallecido en concepto de santidad el 30 de diciembre de 1897 de tuberculosis. Se ha completado el reconocimiento canónico de los restos mortales, por parte del Dicasterio para las Causas de los Santos, con el informe de los peritos anatómicos sobre los restos mortales del Venerable omegnese” añadió.

“Este momento reúne a la comunidad diocesana y a la Familia Salesiana en la memoria de este discípulo de Don Bosco. Beltrami nos habla, después del tiempo del Covid, de la enfermedad vivida a la luz de la Cruz y en la esperanza de la resurrección, viviendo el propio sufrimiento uniéndose a Jesús: 'Ofrezco lo que sufro' es su fecunda enseñanza también hoy para nuestra vida espiritual", concluyó el párroco.

En la homilía de la celebración eucarística, el padre Pierluigi Cameroni, Postulador General, presentó el testimonio del Venerable padre Andrea Beltrami como la de un verdadero discípulo de Cristo, que hizo de Dios su único bien, exhortando a no vivir este acontecimiento sólo como un procedimiento canónico: “Don Beltrami nos invita a un 'reconocimiento espiritual y afectivo', es decir, a sentirlo vivo en la comunidad cristiana y civil de Omegna de la que es hijo; a cuidar las relaciones familiares como base de la convivencia social y eclesial, tal como vivió las relaciones con su familia de origen; a vivir ese amor eucarístico que encendió su existencia en la entrega generosa de sí mismo por la misión salesiana, lo que se expresa en la rosa y las espigas colocadas sobre la urna que contiene sus restos”.

Después de la sepultura, con la presencia de los jóvenes animadores del oratorio del Sagrado Corazón, se dedicó una sala a la memoria del padre Andrea Beltrami, en recuerdo de su condición de salesiano y como signo de su memoria viva y de su intercesión por las nuevas generaciones, por las vocaciones y por los que viven en la prueba y la enfermedad.

• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
•  

Tweet