La coronación de la imagen de María Auxiliadora estuvo a cargo del Cardenal José Lázaro Fuerte Advincula, arzobispo de Manila, quien también presidió la Misa solemne por la Fiesta de María Auxiliadora.
La coronación de la estatua del Niño Jesús estuvo a cargo de Mons. Jesse Eugene Mercado, obispo de Parañaque; mientras que otros dos obispos, los salesianos Mons. Patricio Buzon, Obispo de Bacolod, y Mons. Francesco Panfilo, Arzobispo Emérito de Rabaul, Papúa Nueva Guinea, colocaron respectivamente el cetro y la aureola de 12 estrellas en la imagen de la Virgen.
La Eucaristía de la fiesta de María Auxiliadora, a la que asistió una numerosa multitud de personas, con numerosos miembros de la Familia Salesiana, feligreses y devotos de María Auxiliadora, fue concelebrada por decenas de sacerdotes y varios otros prelados, entre ellos monseñor Leo Drona, salesiano, obispo emérito de San Pablo, quien fue el primer rector del santuario de María Auxiliadora de Parañaque.
Durante la homilía, el cardenal Advicula afirmó que la coronación canónica era el reconocimiento por parte de la Iglesia de la realeza de María “porque es la madre de Jesucristo nuestro Rey”.
Reflexionando sobre las lecturas del día, el cardenal también ilustró las tres dimensiones de la realeza de María: comunión, maternidad y caridad. “Como Reina, ella fomenta nuestra comunión, nos hace sentir su maternidad y nos extiende su caridad”, dijo.
“Buscamos su ayuda materna para que también nosotros podamos ser agentes de unidad, portadores de vida y misioneros que se ayuden mutuamente”, concluyó.
La difusión generalizada de la devoción a María Auxiliadora en Filipinas comenzó con el nombramiento en 1922 del arzobispo salesiano, Mons. Guglielmo Piani como Delegado Apostólico en Filipinas.
En su viaje al país oriental trajo consigo la imagen de María Auxiliadora, que fue entronizada por primera vez en la Catedral de Manila. En 1942, durante la ocupación japonesa, la imagen fue llevada a la iglesia de Nuestra Señora de Loreto en el distrito Sampaloc de Manila. Recién en 1994 la imagen fue trasladada al Santuario Nacional de María Auxiliadora en Parañaque, donde la Virgen María con la advocación de Auxiliadora ha seguido y sigue tocando muchos corazones.