Estos 40 niños y jóvenes forman parte de un grupo de unas cincuenta personas, pertenecientes a cuatro familias numerosas. Viajaron durante más de cinco semanas con el único objetivo de dejar lo más lejos posible las bombas y las masacres. Los líderes del grupo, como muchos otros ucranianos no querían huir al extranjero, así el sábado pasado hicieron escala en Lviv donde recibieron la disponibilidad de hospedaje ofrecido por la comunidad salesiana "Beato Felipe Rinaldi".
Ellos le contaron a los salesianos de dicha comunidad las dificultades y vicisitudes de esta huida: recorrieron más de 1.250 km desde su ciudad, Lysychansk, en la disputada región de Donbass, para llegar hasta Lviv. En estos 40 días siempre han tenido que cocinar al aire libre, conservar el agua para beber o preparar las comidas, sin nunca poder lavarse.
Ayudar a los que se encuentran en dificultades a causa de la guerra es una misión en la que actualmente participan muchos salesianos y voluntarios, no solo en Lviv o en Ucrania.
Zuzanna y Bernadette son dos alumnas del colegio salesiano de Przemyśl, ciudad polaca en la frontera con Ucrania. Soy una de las encargadas de trabajar con niños ucranianos que han cruzado la frontera. “Vamos a los grupos, allí donde duermen y jugamos con ellos, coloreamos libros, dibujamos juntos…” dicen las jóvenes.
En el instituto -que se ha convertido en una especie de escala para miles de refugiados- trabajan todos los días decenas de voluntarios y estudiantes, durante varias horas, para organizar los bienes y artículos de primeros auxilios que llegan. O sea, descargar las cajas, dividirlas por tipo (comida, ropa, medicinas...), ubicarlas de manera ordenada en las aulas que se han convertido en almacenes para recibir las donaciones desde el exterior. También tienen que preparar bolsas y cajas para entregarlas a los refugiados según las necesidades, realizando el proceso inverso de embalaje y carga.
Supervisando todo esto -en el centro de la congregación en Przemyś- está el diácono salesiano Dawid Wilkos, director del oratorio local, quien subraya la importancia de la coordinación internacional. “Países de toda Europa están dando apoyo a Ucrania: tengo contactos directos con holandeses, italianos, alemanes, ingleses… Me preguntan qué necesitamos, luego les escribo detalladamente las necesidades y así nos dan solo esas cosas". De esta forma, el apoyo llega también a aquellas familias que han decidido hospedar a refugiados en sus propios hogares.
También en España, la solidaridad salesiana se extiende con fuerza para satisfacer las necesidades de la población ucraniana. En particular, la Inspectoría de España-María Auxiliadora (SMX), en colaboración con la ONG "Bosco Global", aceptó el proyecto que le indicó la Coordinación General de Gestión de la Emergencia Ucraniana: proveer durante tres meses, hasta a finales de junio, al apoyo integral de 42 refugiados (mujeres y niños) alojados en la casa salesiana de Swobonica, en la Inspectoría del Norte de Polonia (PLN).
Mientras tanto, siguen activas las iniciativas solidarias, la campaña de recaudación de fondos en todas las obras de la Inspectoría y en el trabajo diario de educación para la paz.
“Nosotros, como educadores salesianos, debemos comprometernos en la construcción de un mundo donde reine la paz. A través de nuestro trabajo seguimos educando al diálogo como fundamento para resolver los conflictos; y hacemos desaparecer todo tipo de violencia de nuestras vidas. Construyamos un mundo de paz y armonía donde cada uno, sin distinción, tenga su propio lugar”, concluye el padre José Luis Navarro Santotomás, Coordinador de Animación Misionera de la Inspectoría SMX.