De hecho, los misioneros salesianos cuidan y brindan diariamente servicios educativos a los jóvenes migrantes en los más variados países del mundo. Los jóvenes migrantes, especialmente los no acompañados a menudo se enfrentan al rechazo, la falta de vivienda, la explotación y la delincuencia, mientras emprenden su viaje en busca de una nueva forma de vida. También corren el riesgo de quedar atrapados en la trata de personas.
"Los programas salesianos ayudan a los jóvenes migrantes a adaptarse a su nuevo ambiente, a través de la formación lingüística, la adquisición de habilidades y programas de desarrollo de la fuerza laboral -explicó el padre Gus Baek, Director de la Procura de New Rochelle-. La falta de trabajo es una de las principales causas de la emigración, por ello además de ayudar a los migrantes jóvenes, los misioneros salesianos están trabajando para crear nuevas oportunidades de educación y trabajo en los países de origen, como un incentivo para que permanezcan en su propia tierra”.
Los migrantes se vieron particularmente afectados durante la pandemia de COVID-19. Lejos de su país y a menudo, obligados a aceptar trabajos como jornaleros, muchos se quedaron sin hogar y sin ninguna fuente de ingresos cuando fueron cerradas las fronteras. Por ello, los misioneros salesianos se enfocan en apoyar a esta parte de la población.
En Guatemala, la “Casa Betania”, en San Benito Petén, recibe a miles de personas cada año, la mayoría de las cuales son migrantes en busca de una vida mejor. Niños, jóvenes, adultos, mujeres embarazadas, familias y ancianos encuentran apoyo y alivio gracias a un grupo de voluntarios. Todos los días, los voluntarios salesianos escuchan las historias de los migrantes que llegan agotados y cansados, debido a las altas temperaturas, el hambre y la sed. En “Casa Betania” reciben alojamiento, alimentación, descanso, asistencia psicológica y otros servicios. “Los migrantes no buscan un sueño, están pasando por un calvario, piden justicia y comprensión”, dijo una de las voluntarias, Rosa Forlán.
En India, el proyecto “Kerala Interstate Migrants Alliance for Transformation” apoya a los migrantes interestatales en todo Kerala mediante servicios de asistencia técnica en 11 distritos.
Estos espacios de contención brindan apoyo legal y servicios de asistencia a los trabajadores migrantes, especialmente a aquellos que han sido aislados y marginados. Las instituciones salesianas presentes en los distritos seleccionados colaboraron activamente para asegurar la implementación efectiva del proyecto. En particular, todas las actividades fueron coordinadas a través de la oficina estatal "Don Bosco Veedu" ubicada en Trivandrum.
Luego de haber entregado comida durante 15 meses, en México se reabrió el comedor salesiano “Padre Chava” en la ciudad de Tijuana. El refectorio proporciona comidas y otros tipos de asistencia a los migrantes que llegan desde México, América Central y Haití, así como a las personas sin hogar, los ancianos, las personas con discapacidad y los que sufren pobreza extrema.
Desde 1987, el refectorio es un punto de referencia para los migrantes, los pobres y los jóvenes en riesgo de exclusión social. Los salesianos del refectorio colaboran con la Cruz Roja y con los médicos locales, que ofrecen ayuda y asistencia psicológica.
En Senegal, las estadísticas han demostrado que casi el 40% de los jóvenes salen del país buscando mejores oportunidades educativas, por ello los proyectos salesianos tienen como objetivo proporcionar becas y programas educativos que ayuden a los jóvenes a conseguir un trabajo en su comunidad. Otras iniciativas están dirigidas a adultos, con la esperanza de ofrecer más oportunidades laborales en Senegal para que puedan quedarse en sus hogares.
