Esta velada podría definirse como "un verdadero encuentro histórico". De hecho, es la primera vez que los jóvenes que animan esta casa salesiana (son un grupo de universitarios que colaboran en la animación de las iniciativas y la pastoral de la obra) viven un momento de profundización y conocimiento sobre una figura tan significativa para su propia historia personal. El encuentro, de hecho, fue parte del curso de formación anual de los "Animadores Comunitarios - ADS" que este año se centra en las obras de misericordia corporales y espirituales.
La velada se dividió en tres momentos:
- Una primera etapa titulada "El perfume de la oblación", que profundizó la formación de Giuseppe Cognata desde los primeros años hasta su ordenación episcopal y los primeros fructíferos tiempos de su ministerio en la diócesis de Bova.
- Se prosiguió luego con un segundo momento, "el martirio blanco", en el que se aprende a re-conocer la profundidad de la vida espiritual del siervo de Dios capaz de soportar a las personas problemáticas según la más genuina espiritualidad salesiana y la sensibilidad de instituto de los oblatos fundado por él.
- Para concluir, "la alegría y fecundidad", en la que se destacó que la oblación silenciosa de este obispo ha generado (y sigue generando) tanta luz y tantos buenos frutos para la Iglesia universal, la Congregación Salesiana y el instituto SOSC.
Un encuentro en el que se alternaron momentos de testimonio, video, canto, silencio, preguntas, reflexión para la alegría de quienes participaron en él. Al final de este artículo, por lo tanto, es Mons. Cuñada quien dirigirá la última palabra, a partir de un extracto de la carta que envió desde Rovereto a las monjas oblatas en junio de 1941.
"Cada cristiano es el Templo de Dios, animado por el Amor divino, que se esparce en nuestros corazones a través del Espíritu Santo. Es este Amor, hecho Vida de nuestra vida, el que nos enseña todo lo que necesitamos para nuestra santificación, ya que nos da: el temor sagrado de cometer la más mínima ofensa de Dios; piedad viva, que es la unión continua de los hijos con el Padre; verdadera Ciencia, que nos hace ver todo a la Luz de Dios; la fortaleza victoriosa de las debilidades naturales y todas las pruebas y tentaciones; consejo ilustrado, que nos hace verdaderamente prudentes al dirigir nuestras acciones hacia la meta última de la vida; el intelecto precioso, que nos eleva a las sublimes visiones de la Fe; sabiduría perfecta, que nos lleva a una generosa uniformidad con la Voluntad de Dios, como la suprema sinceridad del Amor ... invocamos al Espíritu Santo con gran fervor este mes, para que encienda en nuestros corazones el fuego del Amor, que sea Luz de enseñanza, Sabiduría en la práctica de la vida, Consuelo en la amargura".