Las actividades comenzaron con un simposio histórico al que asistieron numerosas autoridades de la Iglesia católica de Bielorrusia, salesianos, sacerdotes y representantes de otras comunidades religiosas, miembros de la Familia Salesiana, animadores, jóvenes y representantes de todas las parroquias salesianas de Bielorrusia.
En la apertura del encuentro, el Superior de la Delegación Inspectorial de Bielorrusia -perteneciente a la Inspectoría de Polonia-Varsovia (PLE)- el padre Viktor Haidukevich, saludó a la audiencia. "Este centenario -dijo- despierta muchos sentimientos y emociones: desde la alegría del inicio del carisma salesiano hasta los sufrimientos en el camino de la cruz, vividos durante las terribles guerras y sistemas totalitarios. Así, pasando por el renacimiento de la fe católica hoy llega a nosotros -la generación moderna de salesianos- quienes con gratitud y esperanza segura seguimos escribiendo la historia, sobre una base fuerte y sólida".
Posteriormente, se vio el vídeo de felicitación del Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime, que llenó de alegría a todos los presentes. En su mensaje, el X Sucesor de Don Bosco habló del centenario como una oportunidad para cultivar la gratitud: "Decimos un 'gracias' a Dios que se expresa en un 'gracias' a tantas personas que han dado lo mejor de sí para sembrar el carisma en una tierra que lo recibió con tanto cariño”; y como una oportunidad para construir en el presente y el sueño de un futuro lleno de esperanza, caminando junto a la Iglesia local, al estilo de Don Bosco.
Después de la lectura de otros buenos deseos de los obispos locales, comenzaron las intervenciones históricas, que abordaron las condiciones de vida y apostolado de la presencia salesiana en Bielorrusia durante los últimos 100 años. Luego se proyectó un video realizado por los salesianos en colaboración con la TV bielorrusa que traza la historia de los 100 años de los Hijos de Don Bosco en esa tierra.
La segunda parte de las celebraciones tuvo lugar en la archicatedral de la Santísima Virgen María, donde el Nuncio Apostólico en el país, Mons. Ante Jozic, presidió la Eucaristía.
En su homilía, el Nuncio tras recordar la historia de la presencia salesiana en Bielorrusia, relató los tiempos difíciles y de alegría. Y dirigiéndose a los salesianos activos en el país hoy, dijo: “Queridos hermanos salesianos, los invito todos los días a redescubrir el carisma, a vivir en comunidad, a identificar las verdaderas necesidades de la juventud de hoy, de las comunidades parroquiales confiadas a sus hermanos y a vuestro cuidado. Los invito a actuar en unidad con la Iglesia y a revivir el mundo en Cristo, para que sea mejor, más justo y fraterno”.
Otro momento significativo se vivió durante el ofertorio, cuando se llevó al altar una placa de mármol conmemorativa con los nombres de todos los salesianos que trabajaron en el territorio de Bielorrusia desde 1921 hasta el 2021, que se fijará en la pared de la iglesia de San Juan Bosco en Minsk; y una cápsula del tiempo con un mensaje que la Familia Salesiana está dando a la posteridad y que será abierta dentro de cien años.
Al final de la Misa también hubo tiempo para los mensajes de agradecimiento de los representantes de los grupos de la Familia Salesiana. Así, el prelado salesiano Mons. Aliaksandr Yasheusky, obispo auxiliar de Minsk-Mohilev, agregó que la celebración del centenario "nos ayudará a trazar el camino hacia el futuro, para que nuestro carisma sea una verdadera manifestación del amor de Dios para todos aquellos que entran en contacto con nuestras parroquias, oratorios y nuestros centros juveniles”.
Al concluir, Mons. Jozic entregó al padre Haidukevich, la Medalla del Papa Francisco y bendijo a todos los salesianos deseándoles un servicio fructífero durante los próximos cien años.
Al día siguiente, las celebraciones del centenario tuvieron lugar en todas las parroquias salesianas del país.