“Hoy Mozambique es un país que está sufriendo una grave inestabilidad política”, explica el misionero. Tras las elecciones de hace dos años el país se encuentra dividido en dos. “En el centro del país están los rebeldes que hacen imposible las comunicaciones entre el norte y el sur del país”, añade Pescador. “En Mozambique, sólo el 12% de la población en edad de trabajar lo hace”. El resto de las personas viven de la economía sumergida o de la agricultura de subsistencia.
Los jóvenes son una de las preocupaciones de los misioneros salesianos. “Dar esperanza a los jóvenes y abrirle caminos es difícil, pero ahí estamos trabajando duro”. Los misioneros salesianos cuentan con varios centros de formación profesional donde pueden formarse en oficios. “No es sencillo. Se ha instalado la cultura de para qué me voy a esforzar si no hay trabajo, no hay futuro”, advierte.
La situación se agrava por el hambre, la falta de futuro, pero sobre todo porque no hay paz. "Para nosotros es mejor morir de hambre en un Malawi pacífico que ser masacrado por los soldados crueles en nuestra patria", afirmaba una mujer que había llegado al campo de concentración.
A todo ello, se suma la grave sequía que están sufriendo, sobre todo, la zona sur del país. “El Niño ha hecho que la lluvia haya sido muy escasa este año en la época de plantar y esto ha provocado que ahora miles de familias no tengan alimentos suficientes”, dice Pescador.