Hasta hace pocos días en Apulia hubo una inexplicable falta de legislación a pesar de existe una ley nacional (La ley n. 206/2003.) que reconocía, enriquecía y promovía la educación, la formación, y la agregación social de las “Parroquias y de otras instituciones religiosas” en las políticas sociales, precisamente a través de los oratorios, las normas elaboradas para la región de Puglia. Para hacer cumplir esa ley no mencionaba explícitamente a los oratorios y no había ninguna ley que reconocía específicamente a los oratorios tanto en su identidad, ni como un puente entre la Iglesia y la calle, como sucede en casi todas las regiones italianas.
“Los Oratorios en Apulia contribuyen al bienestar social. Muchas personas que asisten a los oratorios Puglieses pueden dar testimonio de la capacidad de participación, la fuerza y la pasión educativa de muchos voluntarios, la acogida incondicional de cada niño y joven en el territorio. Se pueden contar interesantes caminos educativos (Verano para los muchachos, apoyo en los estudios, grupos de formación socioeducativa, equipos de deportes, música, teatro, danza, proyectos educativos y de desarrollo local...), historias de crecimiento y esperanza, y muchas veces en territorios marcados por la degradación, la violencia y el crimen”, señaló el P. Pasquale Cristiani, Inspector de los Salesianos en el sur de Italia.
Para acelerar el camino para el reconocimiento de los oratorios han contribuido directamente los Salesianos. Ha sido el 19 de octubre de 2015, cuando el Gobernador de la región de Apulia, Michele Emiliano, firmó el proyecto de ley que concluyó el proceso legislativo; y lo hizo en presencia del Rector Mayor de los Salesianos, P. Ángel Fernández Artime, en una velada titulada como es lógico “Es hora del Oratorio”, organizado con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
En Apulia los oratorios salesianos se plasman en 11 municipios, se realizan bajo la creación de vías de inclusión social, de educación y de apoyo para las familias y los jóvenes.