A continuación, les ofreció tres valiosos consejos. En primer lugar, les invitó a hacer una comparación entre su propia fase del quinquenio y el quinquenio vivido por el joven sacerdote Juan Bosco. De hecho, recordó a los jóvenes salesianos que Don Bosco pasó los tres primeros años de su sacerdocio en el Internado Eclesiástico donde, junto con la Teología Moral, el Derecho Canónico y la experiencia pastoral, también aprendió a reflexionar sobre su propio ministerio. Por eso, observó, todo salesiano debe imitar a Don Bosco en la reflexión sobre su propio ministerio y debe hacerlo con una mirada de fe. Citando el artículo 119 de las Constituciones, por lo tanto, animó a los salesianos a escuchar la voz del Espíritu mientras se sumergen en el apostolado en medio de los pobres.
En segundo lugar, pidió a los jóvenes salesianos que vuelvan explícito qué entendía decir con ser "salesianos religiosos" sacerdotes. Se expresó así, dejando claro que la pastoral del salesiano es mucho más que la simple administración de los sacramentos. “Don Bosco inició un nuevo modo de ser sacerdotes”, explicó el padre Coelho; un camino que incluía la práctica de los consejos evangélicos y ciertamente también la vida comunitaria y la participación en la misión. Subrayó que ser Alter Christus caracteriza principalmente la vocación de todo cristiano y que por tanto, el sacerdocio ministerial debe entenderse como secundario a esta vocación, una llamada que debe ser vivida en consecuencia, como un servicio, nunca como un dominio.
Por último, animó a los jóvenes salesianos a no limitarse a ofrecer acompañamiento a los jóvenes, sino a buscar ellos mismos el acompañamiento de un guía espiritual.
De hecho, recordó que Don Bosco, aunque tenía el don de los consejos y aunque era una guía para muchos jóvenes, también buscaba el acompañamiento del padre Cafasso, que fue su guía espiritual. Observó también que, junto con el sacramento de la Reconciliación, la dirección espiritual es fundamental para seguir creciendo durante el período de formación permanente.
Al concluir, el Consejero General para la Formación respondió a las preguntas de los participantes sobre temas como la vocación del salesiano coadjutor, la dirección espiritual de los no salesianos, los desafíos inherentes a la afectividad y el mantenimiento de la propia identidad de educadores-pastores en el mundo digital.