Desde hace años, todos los domingos y en los festivos, los Salesianos han repartido comidas y se han dedicado a dar animación a la prisión a través de actividades musicales, teatrales y deportivas, así como formación espiritual con la celebración de la Misa y los sacramentos, el catecismo y las proyecciones de carácter religioso y educativo, llevando adelante el legado de Don Bosco que hizo lo mismo en Turín.
Los misioneros con su presencia les permiten a estos jóvenes sentirse importantes y queridos por alguien, y no una carga de la cual hay que librarse.
Este servicio es más necesario que nunca, en un país que debido a la crisis sociopolítica y económica en la que se viene arrastrando desde hace años, ve a muchos niños y jóvenes sobrevivir cada la jornada sin una sólida red familiar, permaneciendo en el margen de la sociedad y alimentándose gracias a pequeñas artimañas.
El desempleo y la precariedad económica de hecho obligan a muchos padres a considerar la educación de sus hijos como un tema accesorio con respecto a la necesidad de obtener alimentos y satisfacer las necesidades diarias: por eso el trabajo infantil es un flagelo cada vez más extendido y el fenómeno de los niños de calle está en constante aumento. Además el porcentaje de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza se ha disparado al 92%.
La Procura Misionera Salesiana de Turín, "Missioni Don Bosco" ya se ha comprometido dos veces en el pasado a apoyar las actividades salesianas en Anjanamasina, garantizando el almuerzo dominical y las actividades recreativas y deportivas a estos menores que no tienen a nadie que quiera cuidarlos.
Las necesidades de los niños siguen siendo las mismas, pero mientras tanto el número de muchachos en dificultad sigue creciendo.
Para más información, visite el sitio web: www.missionidonbosco.org