Después de haber recorrido las etapas de su vida marcadas por un exigente camino de discernimiento vocacional, desde la formación salesiana en contacto con la primera generación que vivió después de la muerte de Don Bosco, hasta las diversas obediencias vividas en diferentes contextos, con múltiples tareas y responsabilidades, el Venerable supo recoger y afrontar los retos en el prometedor campo educativo y pastoral, en el ejercicio de la autoridad, obedeciendo a la Iglesia y sirviendo a los jóvenes.
A lo largo de una vida llena de peligros y emprendedora, el padre Ignazio Stuchly supo transmitir el genuino espíritu salesiano a las nuevas generaciones, en particular como fundador de la presencia salesiana en Checoslovaquia. Además encarnó una fidelidad heroica al Evangelio, a la Iglesia y al carisma salesiano en tiempos históricos marcados por ideologías y regímenes totalitarios como el nazismo y el comunismo. Siempre vivió en forma ejemplar y contundente las virtudes de la humildad, la laboriosidad y la obediencia, que dieron en frutos de fecundidad vocacional y apostólica.
"Un hombre que ha vivido en muchas y diferentes realidades geográficas, lingüísticas y culturales (como la actual Polonia, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia e Italia), incluso en las zonas fronterizas (entre la actual República Checa y Polonia, en Moravia en el siglo XIX) fuertemente influenciado por la cultura de habla alemana, o en la Gorizia austrohúngara de principios del siglo XX y luego en Ljubljana)", explica el Rector Mayor.
Y añade: "El Venerable Ignazio Stuchlý se propone como un hombre de paz, unidad y reconciliación entre los pueblos. En contextos difíciles y afrontando numerosos retos con mucha fe y esperanza, el nuevo Venerable nos deja un mensaje de gran relevancia: 'Trabajemos, mientras sea de día. Cuando llegue la noche, el Señor se encargará de hacerlo".
La carta del Rector Mayor está disponible - en italiano, español, inglés, francés, portugués y polaco - en la parte inferior de la página y en el sitio web sdb.org.