Dos años de reflexión, discernimiento, estudio, participación de muchas personas y profesionalidad, trabajos y decisiones, y ahora finalmente se partió. “Hemos hecho un hermoso recorrido, con todo el equipo educativo. En está la comunidad que siempre nos ha apoyado, tenemos diversos voluntarios listos para ponerse a disposición de estos jóvenes, los miembros de la asociación ‘La Melagrana (La Granada)...” ha declarado en un video el Director de la obra de Sandicci, el padre Giorgio Mocci.
Guía y faro en el horizonte, para avanzar en este itinerario y tiempo, fue la célebre frase de Don Bosco: “En cada uno de estos jóvenes, también el más desgraciado, hay un punto accesible al bien. La tarea del educador es encontrar esta cuerda sensible y hacerla vibrar”.
La satisfacción por haber iniciado este itinerario ahora es mucha. “‘Ci siamo’ (estamos listos) es la expresión que más se repite en los mensajes, en las llamadas, en las reuniones que hemos hecho en estos días. Y ‘ci siamo’ quiere decir ‘estar allí’, de manera plena, esencial, quiere decir ‘estar’… para abrazar, encontrar, sonreir, llorar, hablar y escuchar” afirma Yuna Kashi Zadeh, presidente de la asociación “La Melagrana Aps”, que desde siempre colabora con las actividades de prevención y de apoyo a las familias de la obras salesiana.
La comunidad semi residencial, situada en una casa tal cual, inició sus actividades abriendo sus puertas a los primeros cuatro jóvenes. En total podrá recibir hasta 18 menores cada día, muchachos y muchachas, de 6 a 14 años, enviados por los servicios sociales del territorio o de la misma asociación y estará abierta de lunes a viernes de las 13 a las 19 horas, con un objetivo muy preciso: la relación y la fraternidad.
Mirando a Don Bosco, insertados en el marco educativo del Sistema Preventivo, los salesianos de Scandicci, con todos los colaboradores en la misión, parten con este nuevo y estimulante proyecto. Y mientras tantos cierran, ellos abren.
“Para nosotros es importante iniciar esta obra de cercanía a los jóvenes, especialmente con aquellos que se encuentran en dificultad. Nosotros los salesianos estamos aquí, en Scandicci, como en todo el mundo para esto: ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes” concluye el padre Mocci.