Las aldeas que son atendidas por los salesianos son unas 350, ellos estiman que unas 40 comunidades han sido afectadas directamente. Las lluvias, fuertes vientos y derrumbes han afectado las viviendas de las comunidades, algunas con perdida total pues estan bajo el agua.
“Tenemos tres dias en que ya no llueve, pero el agua sigue subiendo y la gente no puede salir” asegura el P. Castagna.
Se han perdido carreteras, hay comunidades incomunicadas, las casitas de las comunidades son muy precarias y ahora bajo el agua, realmente lo han perdido todo. A esto se le suma el daño psicológico “he visto algunos de ellos con profunda tristeza el sentirse solos, inseguros, los refugiados estan amontonados en un lugar muy pequeño, es un ambiente muy incomodo, esto es una prueba para ellos”.
Las persona que han logrado escapar de las aldeas estan en albergues, los helicopteros de rescate siguen buscando la forma de llevar a las personas a un lugar seguro.
Las aldeas cercanas a las que han quedado inundadas abrieron sus escuelas e iglesias para recibir a los evacuados. “Nos sentimos felices que a pesar que no hubo una indicación directa las aldeas se organizaron para ayudar a las comunidades vecinas. Estan ofreciendoles los tres tiempos de comida y un lugar seco. Me senti feliz de ver esta espontaneidad de Iglesia que se hacer hermana, cerca de la gente” enfatizó el misionero.
Por ahora el número de refugios es inclaulable pues se ha usado lo que se pueda para recibir personas, los regufios están entre casas, capilla y escuelas.
Los salesianos estan recibiendo cierta ayuda de la ciudad de Guatemala y algunos países de Centroamérica, ellos están entregandola a los albergues, con mucha dificultad porque no hay señal telefónica y se van enterando de las necesidad a medida que pueden llegar a una localidad.
Esta es una situación de alto riezgo, no solo por las lluvias sino por la pandemia. Tantas personas en los albergues sin la protección necesaria puede acrecentar el contagio de COVID 19. “Pedimos al señor que nos de una mano para que podamos ayudar a mucha gente que nos necesita” dijo el P. Castagna.
La parroquia misionera en Carchá tiene a ocho sacerdotes que visitan un territorio de mil kilómetros cuadrados con unas 350 aldeas. Cuentan con instalaciones educativas, en diferentes lugares con unos 5000 estudiantes indigenas. Su presencia misionera tiene ya 80 años en el sector.
Zaida Navarrete
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