En los últimos 4 años esta pequeña comunidad católica ha crecido lentamente gracias a la atención de dos salesianos, el padre Mario Gaspar dos Santos, misionero de Timor y el padre Jaroslav Vracovský, misionero de la República Checa. En este período 76 parroquianos se empeñaron, también con esfuerzo, para encontrar un lugar de culto adecuado, visto que la población local no podría permitirse construirlo con los propios medios. Ahora finalmente tienen a disposición una nueva iglesia.
La parroquia no es solamente un lugar de oración o de catequesis: hay también un oratorio para los niños y jóvenes del lugar. Además, para la población local la comunidad católica de Shuwuu ofrece agua potable y pone a disposición algunas duchas. La parroquia de Shuwuu por lo tanto abre sus servicios a toda la población del área.
La mejor expresión de gratitud por esta nueva iglesia, casi completada, llega de uno de los miembros más ancianos de la parroquia: “Le agradezco tanto a Dios por nuestra hermosa iglesia. En breve será bendecida por nuestro obispo y será realmente una iglesia, en donde escuchar la Palabra de Dios, aprenderemos de Él y la difundiremos por todo el mundo”.
En nombre de todos los hermanos, el padre Paul Leung, delegado para Mongolia, ha expresado su gratitud hacia todos los benefactores. “Queridos amigos -ha escrito - si la construcción de la nueva iglesia se está concluyendo es gracias a ustedes. Les agradecemos a todos los donantes y creemos que también en el futuro nos apoyarán como lo han hecho desde el inicio. Que Dios les bendiga a todos”. Junto al delegado se alegraron también todos los parroquianos, que rezan ahora para que lleguen nuevos misioneros al país.
Los salesianos y todos los católicos de Mongolia, también han querido expresar su alegría por la llegada en el país de Mons. Giorgio Marengo, obispo y misionero italiano, que el Papa Francisco nombró el pasado mes de abril prefecto apostólico de Ulanbaatar.