Reportamos a continuación el texto del cardenal Bo.
El covid-19 ha planteado un desafío a la humanidad. Como nos recuerda constantemente el Papa Francisco, "todos estamos llamados a remar juntos". Estamos agradecidos ante la solidaridad global que emerge entre las personas del mundo. El covid-19 ha sido misericordioso con nosotros hasta la segunda semana de agosto, con solamente 400 casos y 10 fallecidos. Entretanto desde el 16 agosto Myanmar fue golpeada por una violenta onda del virus. El país está buscando desesperadamente de contener la difusión, pero hasta hoy el virus se está esparciendo exponencialmente, con 15 mil personas contagiadas y unos 400 muertos. El sistema sanitario del país está en situación de colapso.
Durante estos meses de desafíos, la iglesia de Myanmar ha balanceado la seguridad con la solidaridad. En la primera fase, de marzo a agosto, la Iglesia respondió con los siguientes programas que benefician a miles de personas:
- Sensibilizar preventivamente las áreas vulnerables;
- Entrega de alimentos a las personas particularmente expuestas y apoyo a los grupos mas expuestos;
- El ofrecimiento de nuestro Seminario Mayor como centro para la cuarentena;
- Advocacy para la no-discriminación en la erogación de los servicios y llamamientos el cese al fuego en las áreas de conflicto.
La segunda ola que ha golpeado desde el 16 de agosto, obligándonos a un rígido confinamiento, tuvo impacto en la supervivencia de miles de personas. La Iglesia ha fortificado su respuesta con los siguientes planes:
- Garantizar la seguridad alimentaria a los más golpeados por la pandemia, a partir de mil familias durante tres meses;
- Motivar a la comunidad cristiana a dar ayuda a los pobres, entregando alimentos al menos a 50 familias de cada parroquia;
- Dar un continuo soporte preventivo;
- Ofrecer las estructuras eclesiásticas para la cuarentena;
- Colaborar con el gobierno para llegar a las comunidades vulnerables;
- Recolectar fondos de emergencia nacionales y globales;
- Proseguir con la advocacy para la paz y un acercamiento integrado entre los varios portadores de intereses;
- Establecer la presencia pastoral online y crear un centro de consulta virtual.
Seguimos expresando gratitud a nuestros amigos de todo el mundo por su acompañamiento con oraciones y con todo tipo de ayudas.
Les acompaño en la oración,
Card. Charles Bo
Arzobispo de Yango