Uno de los principales sectores que la difusión del virus afecta es el sistema educativo. La pandemia desde marzo ha producido el cierre de escuelas y universidades. Esta situación ha puesto a las autoridades, al Ministerio de Educación, a los institutos y a los papás y estudiantes en una situación sin precedentes. Hay más de 26 millones de jóvenes y niños que no pueden frecuentar el colegio.
El Ministerio afirma que está estudiando las medidas pertinentes para poder abrir las escuelas, pero que aún no se encuentra una solución. Baste pensar que las escuelas etíopes reciben diariamente entre 50 y 60 alumnos en una sola clase. Como consecuencia es muy difícil mantener el distanciamiento social entre los estudiantes, porque generalmente un mismo banco es compartido por 2 o 3 muchachos.
A pesar de las preocupaciones de las escuelas y de los sindicatos, todos los edificios escolares, incluidos los de los salesianos, permanecen cerrados. Los centros de formación profesional están evaluando si es posible abrir, recibiendo solamente un número limitado de estudiantes.
Las acciones de los hijos de Don Bosco en Etiopía, entretanto, no se limitan solamente al sector de la instrucción. En estos meses los recursos puestos a disposición por los salesianos fueron invertidos también para comprar bienes de primera necesidad, materiales sanitarios, raciones de alimentos, contenedores para el agua, vestidos y frazadas. Además se realizaron numerosos programas de sensibilización para aumentar la conciencia entre la población sobre peligro que el virus comporta.
A la lucha contra el covid-19 tomaron parte los salesianos de todas las comunidades presentes en Etiopía, junto a las religiosas capuchinas y ursulinas, a muchos laicos y colaboradores en la misión.
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