En Senegal y en Ghana, los voluntarios están llevando adelante campañas de sensibilización e información en las áreas rurales, con el objetivo de difundir buenas prácticas higiénico sanitarias y distribuir dispositivos de protección individual.
En la República Democrática del Congo, ellos están trabajando para dar un manual a las niñas y niños que no pueden ir al colegio y no tienen la posibilidad de usar la didáctica online. Además distribuyen mascarillas a las fajas de población más frágiles, como mujeres en cinta, personas ancianas y diversamente hábiles. También atienden a 'niños de la calle' que durante la pandemia se encuentran más expuestos a los riesgos de la violencia, pobreza y contagio.
En Bolivia, el VIS ha efectuado un monitoreo de las familias en situación de vulnerabilidad y desde hace algunos meses está trabajando para reintegrar a sus familias los niños que fueron hospedados en un centro para menores. Estos núcleos se han encontrando además en situación de indigencia alimentaria. Por ello el Vis está añadiendo a su labor de lograr las reunificaciones familiares, una acción de ayuda humanitaria con distribución de paquetes de alimentos.
En Haití prosiguen los proyectos de educación y formación profesional, y los voluntarios han activado algunos cursos online y buscando de seguir a los jóvenes también a distancia. Además los operadores distribuyen algunos dispositivos para lavarse las manos que permiten higienizarlas sin tener contacto con los grifos o llaves de agua.
En Palestina los voluntarios están apoyando las actividades de dos hospitales, entregando mascarillas y gel para las manos.
Los responsables del VIS afirman que "las personas que estamos ayudando ya estaban en situación difícil antes de que llegara el coronavirus. En este período complicado para todos nosotros, ellos fueron golpeados aún más duramente". Y es por esto que el VIS no se detiene y sigue ayudando.