En un video grabado delante del puerto devastado de Beirut, el salesiano sirio don Simón Zakerián, describe la situación de enorme dolor que consterna a toda la población, pero también el deseo de recuperarse y de reconstrucción que nace en primer lugar entre los jóvenes:
“Estamos aquí delante de este triste lugar en el que sucedió la explosión, el puerto de Beirut, donde muchísimas personas murieron, otras tantas están aún desaparecidas, con muchos heridos e ingentes daños para toda la ciudad de Beirut y todo el país...
Es algo muy triste, que hace llorar”, afirma don Simón Zakerián.
“No obstante esta destrucción, estas dificultades - prosigue don Zakerián - nuestros jóvenes animadores salesianos se han reunido a los grupos juveniles de la diócesis de Jbeil, a quienes se han sumado también jóvenes musulmanes, todos ellos libaneses, y juntos decidieron ponerse al servicio de las personas más necesitadas, de los ancianos que no lograban, por estar solos, limpiar las casas llenas de vidrios rotos...
Beirut no muere, la vida tiene que nacer de nuevo y esto lo queremos proclamar a todo el mundo. Los Jóvenes dan esperanza, alegría, salen a las calles para ayudar y para confirmar que nosotros debemos construir juntos nuestra ciudad, estando unidos.
Les pido que se recuerden del Líbano en las oraciones, del pueblo libanés y de todos los pueblos que viven aquí como refugiados".
Presentes en el país de los cedros desde la segunda mitad del siglo pasado, los hijos espirituales de Don Bosco, en los últimos años han dirigido sus actividades de manera especial hacia los prófugos que llegaban desde Iraq, en gran parte cristianos caleos. En Beirut muchos de ellos vivían o realizaban actividades comerciales en el área afectada. En esta emergencia la ayuda fue ampliada a las víctimas de la enorme explosión, también a los prófugos sirios y a los residentes libaneses que sufrieron pérdidas: familiares, casa, trabajo.
“Estamos visitando las casas para ver como están y de qué manera sufren estas dificultades, para así brindar ayuda" añade don Zakerián.
La Procura Misionera salesiana de Turín, “Missioni Don Bosco” ha enviado una ayuda para responder a las necesidades inmediatas e inicia una recolección extraordinaria de fondos: fueron ya individuadas 80 familias a las que los salesianos comenzaron a llevar ayudas concretas.
Don Zakerián concluye con un himno a la esperanza: “Cristo ha resucitado, la esperanza no se apaga nunca: lo hemos visto en los ojos de tantos jóvenes de muchos ritos y religiones que nos decían que la vida es más fuerte que la muerte”.