El hambre no es una realidad olvidada en el mundo y menos en el Perú. La FAO afirma que “el número de personas con hambre en el mundo alcanzará un récord en 2020. Los más afectados serán los niños, la mayoría en el sur de África”. En el Perú de los 33 millones de personas “unos 3.1 millones de peruanos sufren hambre por estar subalimentados y con la pandemia crecerá considerablemente”, reportó informe de la FAO. Y entonces ¿Qué hacemos? Es una pregunta que los peruanos se han hecho en mas de alguna oportunidad en estos 50 años y han salido victoriosos creando “ollas comunes”
La olla común para los pobres es uno de esos inventos grandiosos que está solucionando el problema del hambre.
En casi todos los barrios pobres de Lima, en las periferias y también en el centro de la ciudad, miles de familias se organizan para comer, cocinan lo que les regalan, usan leña y material reciclado. “Todos recordamos los años tristes de 1980 cuando los más pobres en el Perú usaban esa modalidad para sobrevivir – recuerda el P. Raúl Acuña. “Había días que no teníamos qué comer y sufríamos más que todo por nuestros hijos…” era la expresión de miles de peruanos y también de ciudadanos venezolanos en calidad de migrantes en estos últimos años.
Y es que el número de desempleados solo en Lima que es la Capital, es de 1,2 millones, según el Instituto Nacional de Estadística y en el Perú; y según la universidad ESAN alcanzaría a 4,2 millones de personas para fin de año.
Los Salesianos del Perú, a través de la “Fundación Don Bosco” apoya ahora a grupos organizados de personas. La respuesta Salesiana sigue vigorosa e incansable. Nuestro objetivo es aprovechar la oportunidad para “educar a nuestros jóvenes y mayores en la ciudadanía y compromiso social”, queremos mostrar a la sociedad peruana que “no hay vida cristiana auténtica sin compromiso social, es decir, sin justicia y caridad, sin servicio en favor de los otros…”
Si alguna vez pensamos en buscar dónde estarán los más vulnerables, los más necesitados, los más frágiles, los sin voz, los sin trabajo, los sin comida, los descartados… pues, ellos nos han buscado a nosotros…
Fuente: Fundación Don Bosco - Perú