El rito simbólico tuvo lugar al final de la Eucaristía presidida por el propio Rector Mayor en la Basílica del Sagrado Corazón. En el coro de la iglesia el Sr. Vito Gentili, Exalumno salesiano colaborador de muchas iniciativas llevadas a cabo en la obra “Sacro Cuore” de Roma - que alberga la Sede Central Salesiana - se manifestó en nombre de todos los exalumnos del mundo: “La figura de Don Bosco es fascinante y te vemos como su Sucesor. Sentimos su cercanía y aliento hacia nosotros. Gracias por las numerosas iniciativas de reforzar la Familia Salesiana, por su dinamismo, por su acción, su oración y su testimonio”, dijo.
“¡Felices fiestas! Le aseguramos nuestra colaboración, nuestras oraciones y todo el afecto”, concluyó.
A continuación, Biagio Narciso, abogado de Caserta, que recientemente se ha incorporado al Consejo Mundial de la Confederación de Exalumnos como representante de los Jóvenes Alumnos (GEX) de Europa, presentó el homenaje al Sucesor de Don Bosco.
Un homenaje que, en la mejor tradición salesiana, no es un fin en sí mismo, sino que encierra un valor de solidaridad. Las tazas fueron de hecho acompañadas por el café del proyecto “DI BOSCO - Caffé di Exallievi”. “Un proyecto - se ha recordado - que se basa no solo en la calidad del café producido, sino también en la calidad de las personas que lo producen y con las que colaboramos. La 'mezcla Gastini' proviene de la colaboración de empresarios Exalumnos de Europa y Asia, creando así un proyecto global”. De hecho, la venta del café y las tazas producidas para el aniversario es una edición limitada de 150 ejemplares, servirá para apoyar proyectos educativos y sociales de los alumnos de América, África y Asia.
Por su parte, el Rector Mayor también respondió con frases que le salieron directamente del corazón como Padre y centro de Unidad de la Familia Salesiana: “¡Gracias a todos los Alumnos del mundo! Mirarte a ti nos hace pensar en todo el bien que se hace con la presencia salesiana en el mundo. Porque sabemos que, para la cantidad de chicos y chicas que vienen de la mano de María Auxiliadora a una casa salesiana; significa cambiar sus vidas”.
Y finalmente concluyó: “Cuando pienso en los Alumnos, inmediatamente pienso en los millones de muchachos y muchachas que tenemos en todas nuestras presencias, y me digo: debemos darles lo mejor de nosotros mismos, porque mañana serán Alumnos y Alumnas como los que tenemos hoy. Sigamos adelante, siempre en comunión con Don Bosco”.
La cercanía, el afecto y la gratitud mutua entre los Salesianos y los que han recibido una educación según el Sistema Preventivo están tan vivos y tangibles hoy como hace 150 años.
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