Nos encontramos con Sofía recientemente, una tarde, bajo un puente en Luanda, la capital de Angola, cerca de un gran centro comercial. Esta es una pequeña historia que vale la pena conocer. Su vida también es pequeña porque comenzó hace poco, en la calle, bajo el puente que acogió sus primeras horas de vida, el mismo lugar donde la conocimos en los brazos de su madre.
La historia de Sofía es también la de su madre, Dana, una adolescente de 15 años que, debido al abandono familiar, conocía el camino donde encontró refugio en un grupo de niños, adolescentes y jóvenes que se convirtieron en su familia. Aquí encontró protección, pero también mucha violencia y degradación, que con la propagación de la epidemia del Covid-19 se agravó aún más.
Cuando un día descubrió que una vida estaba naciendo dentro de ella, quizás miró a su alrededor y decidió que a pesar de la degradación que la rodeaba, valía la pena continuar con el embarazo. Sofía nació entonces en una pequeña clínica médica en los suburbios, para llegar después de unas horas a su primera casa bajo el puente que la acogió y donde encontró esperando su primera cuna, una caja de cartón.
La conocimos con solo unas semanas de edad, para algunos de nosotros el pensar en ella infundió ternura, pero también mucha inquietud y no podíamos hacernos solo preguntas, teníamos que hacer algo y actuar.
El VIS, junto con los Salesianos de Don Bosco, desde hace unos 10 años ha tomado muy en serio la situación de los niños de la calle de Luanda, por lo que se ha creado un camino de reinserción social y familiar a través de centros de acogida, para los muchos niños y niñas que pueblan las calles de la ciudad.
Recientemente, nuestra atención se ha centrado en particular en las niñas que viven en la calle porque son cada vez más numerosas; por lo tanto, también se ha abierto un refugio para ellas, donde pueden encontrar una alternativa a la calle, de manera digna, acompañadas por los educadores y voluntarios.
Cuando le hicimos a Dana esta propuesta como la mejor solución para ella y la pequeña Sofía, aunque inicialmente no fue fácil, finalmente aceptó. Ahora todos estamos un poco más serenos sabiendo que Sofía, la más joven de la nueva familia, y Dana, una joven y valiente madre, han encontrado un hogar, pero es sobre todo la historia de Sofía la que nos da a todos la certeza de que el amor de una madre es capaz de superar incluso las situaciones más difíciles.
