Ha habido muchas actividades a través de las redes sociales, así como por teléfono. Se ha llevado a cabo una amplia campaña de sensibilización sobre el virus y las formas de prevenir el contagio. Solo los responsables del programa “Salesian Life Choices” (SLC), que trabajan en Ciudad del Cabo, han llamado a unas 900 personas, han enviado mensajes a otras 800 y han llegado a más de 50.000 usuarios a través de Facebook.
La actividad de apoyo a distancia también incluía sesiones de asesoramiento psicológico para adultos y jóvenes, sesiones de orientación profesional para jóvenes y asesoramiento sobre la búsqueda de empleo, para sus padres. Y los operadores de “Salesians Life Choices” también entregaron unos 220 vales de compra de alimentos a familias necesitadas, cada uno con un valor de 800 Rand (unos 41 euros).
Por su parte, los Salesianos Cooperadores del centro local trabajaron junto con los Salesianos ofreciendo alimentación a los pobres en el área del Parque Hannover.
Mientras que los directores de proyectos para jóvenes del Instituto Salesiano (SYIP, en inglés) de Lansdowne (Ciudad del Cabo), gracias al apoyo de varias ONG, pudieron beneficiar con paquetes semanales de alimentos a 171 beneficiarios identificados en 27 comunidades diferentes de la ciudad, con la presencia de 16 voluntarios del SIYP que se encargaron personalmente de que las bolsas de alimentos llegaran a las familias necesitadas.
Finalmente, desde Ennerdale, un suburbio de Johannesburgo, el Salesiano Coadjutor Clarence Watts cuenta la alegría de las familias necesitadas cuando, hace unos días, recibieron el nuevo envío de alimentos: “Nos habíamos puesto en contacto con las familias y les dijimos que vinieran a la escuela con sus hijos a recoger la comida. Cuando llegamos a la escuela, una gran multitud de personas ya estaba en fila frente al centro del Proyectos Educativos de Don Bosco. Comprobamos la temperatura de cada persona y las ubicamos por las aulas. Cuando llegaron y vieron lo que estaban a punto de recibir, se asombraron. Había lágrimas de alegría en sus ojos y sus rostros brillaban con alivio. No pudieron agradecernos lo suficiente por los suministros de comida. Agradezcamos a Dios la respuesta que recibimos y rezamos por los generosos donantes que dieron tanto. No hay palabras para expresar nuestra gratitud, en nombre de los más pobres de los pobres”.
