En Angola el estado de emergencia nacional, con cuarentena obligatoria, fue decretado el 24 de marzo; hasta la fecha se han encontrado unos 27 casos positivos de Covid-19, en personas que han regresado de Europa y de extranjeros que han llegado a Angola.
“En este momento -dice Sergio- hay dos preocupaciones principales: las deficientes estructuras del sistema nacional de salud; y, a más largo plazo, los efectos devastadores que la nueva inestabilidad está creando entre la población, especialmente entre los grupos más desfavorecidos y vulnerables”.
Entre los grupos de mayor riesgo y exposición se encuentran los numerosos niños de la calle de Luanda, que son apoyados y ayudados por la SIA y por los Salesianos.
“Desde hace varios años, - explica Sergio – estamos implementando un programa de reinserción donde, a través de varias etapas, los niños y adolescentes cuyo hogar es la calle se reintegran a la familia. La primera fase del programa se lleva a cabo en las calles con nuestros educadores y psicólogos y está dirigida a aquellos que están comenzando este viaje. Estos niños en estos días de deconstrucción social están más que nunca expuestos a los riesgos de la calle, a la enfermedad, al posible contagio de Covid-19, a la falta de fuentes de subsistencia y a la violencia de los adultos y a menudo, por desgracia, también de la policía”.
Por ello, se han reorientado algunas de las actividades del proyecto “Vamos Juntos” apoyado por la Unión Europea y otros benefactores, abriendo un nuevo centro de emergencia donde pueden proponerse vivir este período en comunidad y de forma organizada, lejos de los peligros del camino hoy más presentes que nunca.
“Se acogió a unos 50 niños y adolescentes, 9 niñas y 9 niños y una 1 niña recién nacida de la calle, la primera en la 'Casa Refugio' del Centro 'São Domingos Savio' de los Salesianos, la segunda en la casa María Mazzarello de las Hijas de María Auxiliadora”.
En estos dos centros los niños y niñas reciben protección, alimentos, productos de higiene y sobre todo la atención de muchos educadores sociales y voluntarios que se dedican a ellos, ayudándoles a organizar su vida cotidiana, a aprender y respetar las normas de higiene y prevención, y a responsabilizarlos.
Sergio concluye: “Estamos tratando de que esta emergencia se convierta en una oportunidad para realizar un trabajo más certero de acompañamiento y empoderamiento de los niños y adolescentes en situación de calle, y de cara al futuro, preparar el camino para el retorno a sus familias”.
Fuente: VIS
