Hoy, el país vive una situación de extrema violencia en el norte, en Cabo Delgado, con incendios de casas, asesinatos con machetes, mutilaciones.... No hay una motivación clara detrás de estos gestos, aunque Cabo Delgado tiene tierras muy ricas en grafito, diamantes, petróleo, gas y madera, lo que genera muchos intereses....
Otra realidad que aflige a los mozambiqueños son las señales dejadas por los ciclones Kenneth e Idai. El país ha recibido diversas ayudas humanitarias, pero la población sigue sufriendo la falta de condiciones de vida aceptables.
El Santo Padre ha permanecido atento a todas estas realidades y ha subrayado la importancia de mirar la vida del prójimo con el mismo amor con el que Dios la ve.
“Es difícil hablar de reconciliación cuando las heridas causadas en tantos años de desencuentro están todavía frescas o invitar a dar ese paso de perdón que no significa ignorar el dolor o pedir que se pierda la memoria o los ideales (cf. E.G.100). Aun así, Jesús invita a amar y a hacer el bien; que es mucho más que ignorar al que nos hizo daño o hacer el esfuerzo para que no se crucen nuestras vidas: es un mandato a una benevolencia activa, desinteresada y extraordinaria con respecto a quienes nos hirieron. Pero no se queda allí, también nos pide que los bendigamos y oremos por ellos; es decir, que nuestro decir sobre ellos sea un bien-decir, generador de vida y no de muerte, que pronunciemos sus nombres no para el insulto o la venganza sino para inaugurar un nuevo vínculo para la paz. La vara que el Maestro nos propone es alta”, dijo el Papa el 6 de septiembre, durante la Misa en el Estadio Zimpeto.
El Santo Padre continuó aclarando cómo cultivar las virtudes que conducen a la vida que el Evangelio propone a todos: “Mozambique tiene un territorio lleno de riquezas naturales y culturales, pero paradójicamente con una enorme cantidad de población por debajo del umbral de la pobreza. A veces también parece que los que se acercan con el presunto deseo de ayudar tienen otros intereses... Este no será el caso entre ustedes". (Mt 20,26). Con sus palabras, Jesús nos impulsa a ser protagonistas de otra forma de vida, la de su Reino: aquí y ahora, semillas de alegría y esperanza, de paz y de reconciliación”.
Finalmente, en su encuentro interreligioso con los jóvenes, el Papa también mencionó la prioridad de que el pastor debe estar presente entre los jóvenes y animó a todos a experimentar la alegría de la lucha por la paz y la reconciliación. “¿Cómo realizar los sueños?, ¿cómo contribuir a los problemas del país? Me gustaría decirte: No dejes que les roben la alegría. No dejen de cantar y expresar de acuerdo con todo lo bueno que aprendieron sus tradiciones. Que no les roben la alegría. Como les decía, hay muchas formas de mirar el horizonte, el mundo, de mirar el presente y el futuro, hay muchos modos. Pero es necesario cuidarse de dos actitudes que matan los sueños y la esperanza. ¿Cuáles son? La resignación y la ansiedad”
El Santo Padre abandonó así el país, pero dejó los signos de la presencia de Dios en los caminos que había recorrido y en los corazones de los mozambiqueños.
Cauany Marcondes
