Por: P. Mike Pace, SDB
Al del mes de diciembre de 2016, se encontraban 480 haitianos en el refectorio Salesiana "Padre Chava", diseñado para dar cabida solamente a 80 personas. Con el inicio de la Presidencia de Trump, el tsunami de migrantes haitianos se detuvo. La tasa de deportación se disparó a más del 70% de los que asistieron a su audiencia de inmigración programada en los Estados Unidos.
A pesar de la dura situación, pocos haitianos han regresado a su país, la mayoría optó por pedir la residencia mexicana. Algunos han sentido decir entre la gente que “no se tomen a los negros, aquí”. Otros han encontrado trabajo a $10 por día durante 10 horas de trabajo. Unos setenta haitianos siguen viviendo con los salesianos. Unos 5 000 haitianos han pasado por el Refectorio “Padre Chava” y siempre han encontrado una cálida bienvenida. De hecho, el número de haitianos que llegaba había crecido tanto en los últimos meses, el motivo era que las redes sociales referían al Centro Salesiano “Padre Chava” como el más bonito y el más acogedor”.
Los hemos vestido y los hemos alimentado como pudimos. Hemos organizado la atención médica, los hemos escuchado, los hemos consolado, los hemos ayudado con la burocracia, les hemos celebrado la Santa Misa y les hemos ofrecido momentos de celebración. Tres haitianos se han unido al personal del Refectorio “Padre Chava”.
En el momento de la problemática de los migrantes haitianos, explotó el problema de los mexicanos que fueron deportados de los Estados Unidos, como consecuencia de la política de inmigración de Estados Unidos. Muchos de ellos llegaban a Tijuana y no conocían la ciudad, no tenían contacto con ninguna persona, ni tenían trabajo, mucho menos un lugar para vivir. El Refectorio Salesiana “Padre Chava” los ayudó a introducirse en una nueva vida.
Una de las más importantes cualidades salesiana que ofrecemos a nuestros amigos migrantes es la “amorevolezza”. La “amorevolezza” hace la diferencia. Ofrece esperanza. Devuelve la dignidad. Recuerda a las personas que han sido tratadas con dureza, que son muy importantes. La “amorevolezza” tiene muchas expresiones: escuchar pacientemente, proporcionar información cuidada, compartir una sonrisa o un abrazo, rezar juntos, animar, asegurarse de que cada uno tenga una frazada para cubrirse, proporcionar un par de buenos zapatos, ofrecer una receta médica...
La “amorevolezza”, por sí sola no resuelve todos los problemas, pero la hace más fácil de afrontar.