P. Jean-Marie Petitclerc, SDB
A menudo he oído decir: “Ser hermano de mi vecino está muy bien, pero ser hermano de esos jóvenes que viven en los suburbios, al otro lado de la ciudad, no es para mí". La hermandad o la fraternidad, es la clave de los tres valores republicanos. Porque, si le quitas el marco de la fraternidad, la libertad puede convertirse en deseo de omnipotencia y la igualdad puede conducir a la ideología igualitaria. Para un cristiano, creer en Dios Padre significa considerar al otro como un hermano.
Me gusta decirles a los jóvenes: “Imagínense a un grupo de amigos donde todos tienen los mismos puntos de vista en la política, las mismas creencias religiosas, comparten los mismo gusto por la literatura, la música... Si fuera así, todos estarían aburridos”. Lo que hace hermosa la vida de un grupo es cuando uno encuentra en el otro; una diversidad, un libro diverso, una película distinta, o un disco que seguro no se conocía ni se compraría. Pero ¿por qué la diferencia enriquece? Tenemos que hacer el esfuerzo de conocernos unos a otros, para superar el miedo. La educación a la hermandad según el pensamiento de Don Bosco significa desarrollar el cuidado de los necesitados. No olvidemos que la fuerza de una cadena se mide por la fuerza del anillo más débil.
Personalmente prefiero el valor del respeto al valor de la tolerancia. Respetar a los demás significa que a veces se manifiestan abiertamente intolerantes de ciertas acciones. Debido a que existen los que construyen el hombre y otros que lo destruyen. Hay acciones que conforman el tejido social, otros los arruinan. No podemos educar a través de la tolerancia, sino a través de puntos de referencia. Y para mí, una manera de respetar a los jóvenes es mostrarme intolerante frente a algunas acciones de ellos.
Uno de espacio de hermandad no es un espacio libre de conflictos. Lo importante es aprender a gestionar con respeto a los otros. Porque, no hay que olvidar que la forma natural de resolver un conflicto es la violencia. "A tiene problemas con B. A destruye a B. No hay más conflicto”. Sin embargo, la gestión de conflictos en relación con cada persona es algo que debe ser aprendida. Y Don Bosco ha sido un formidable apóstol de mediación en las instituciones educativas que él fundó.
Por último, para promover la hermandad a la manera de Don Bosco, es necesario llevar el alimento espiritual para su crecimiento. Es posible que se conozca esta historia de la India.
Un anciano Apache enseña a su nieto: “en tu corazón, como en el corazón de cada hombre, luchan dos lobos: uno gris, agresivo, listo para saltar sobre el otro; y un blanco, en silencioso y listo para recibir al otro”. El niño le pregunta: “¿Y quién va a ganar, abuelo?". El sabio responde: “aquel a quien tu darás el alimento”.
