Una escuela salesiana debe centrarse fundamentalmente en los muchachos pobres y vulnerables. En el mes de septiembre pasado los salesianos han establecido una “prueba de ingreso”, exactamente contrario a los que tienen lugar en los centros educativos más prestigiosos: los muchachos con los peores resultados fueron los primeros en ingresar de inmediato en las clases de alfabetización, mientras que a los mejores alumnos, que no requieren de un curso de alfabetización, se les ha pedido esperar para que puedan acceder a los cursos de formación profesional, de acuerdo a los puestos disponibles.
“Las aulas y los laboratorios no son muy grandes, pero se da prioridad a los que tienen mayor necesidad de formación básica”, explicó el director, P. Pietro Gavioli, misionero salesiano por más de 30 años.
En total, han ingresado cerca de 150 jóvenes, entre ellos cuatro niñas de 16-17 años, acostumbrados a las condiciones de vida en las calles. Muchos de estos muchachos les cuesta estar sentados durante horas y escuchar una lección teórica, los salesianos; además de trabajar en coordinación con los educadores, las familias y los trabajadores sociales, trabajan para crear oportunidades para el canto, para el deporte y para otras actividades de recreación; e incluso se les ofrece una comida diaria.
Además de los cursos que se ofrecen como construcción, mecánica automotriz y carpintería, este año también se han abierto otros cursos como: ajuste y soldadura, que ofrece buenas oportunidades de empleo en Bukavu. Mientras que las jovencitas que no desean aprender trabajos "masculinos", se le orienta al Centro Nyota Center, donde pueden seguir la formación de 1 o 2 años en la especialidad de corte y confección.
Dentro del año, si se logra adaptar un terreno de la obra, se podrá abrir una sección hidráulica, puesta a disposición por la ONG belga “Médicos sin vacaciones”.
A partir de este año, finalmente se firmó un acuerdo con el Departamento Provincial de Justicia, que permitirá el acceso a los salesianos al sector juvenil de la prisión de Bukavu para educarlos moral y espiritualmente, y formar en el centro hasta 30 menores de edad con problemas legales.