Los primeros salesianos llegaron a la zona de Stony Point en 1947, más de cien años después del sueño de Don Bosco de la futura basílica de Valdocco (1844). El objetivo de la nueva misión, por aquel entonces en una zona rural rodeada de granjas y huertos, inició otro sueño y se plantaron las semillas para la Inspectoría. La idea de promover la devoción a María Auxiliadora con un santuario estuvo presente desde el principio y se hizo realidad solo cinco años después, con el año mariano y las canonizaciones de Madre Mazzarello y Domingo Savio. La pieza central de la nueva obra fue la construcción de un altar al aire libre dedicado a María Auxiliadora. El bajorrelieve de mármol tiene en su centro a la Familia Salesiana con Don Bosco, Madre Mazzarello, Domingo Savio y Laura Vicuña, en un lugar destacado sobre el Sagrario, con la presencia real de Jesús en la Eucaristía. "En cierto modo, es nuestro recuerdo del sueño de Don Bosco de los dos pilares, que tuvo lugar en la primavera de 1862", dice el Padre Steve Shafran, de la comunidad de Stony Point.
El edificio y la obra han pasado por varias transiciones y transformaciones, adaptándose siempre a las necesidades de la Inspectoría, de los jóvenes y de la Iglesia. Un pabellón al aire libre se convirtió en la base de la devoción a Jesús, María y Don Bosco con servicios religiosos, eventos y peregrinaciones. Se construyeron edificios para educar y formar a los jóvenes que respondían a la vocación salesiana, que poco a poco se convirtieron en el Centro de Retiro y Juventud "Don Bosco", enriquecido más tarde con un ala para alojamiento.
A lo largo de los años, el santuario mariano ha acogido diversas actividades pastorales y sociales: la escuela, los campamentos de verano, los grupos de los Hijos de María, así como una tienda de recuerdos y una librería. También hay atención a los ancianos salesianos, así como un gimnasio abierto y un amplio y cuidado terreno. "Los espacios del santuario son perfectos para pasear, rezar y meditar, con monumentos a Nuestra Señora de Lourdes, Fátima y pronto Guadalupe, junto con el Vía Crucis y los Misterios del Rosario, coronados por la estatua de bronce de Nuestra Señora del Rosario, de unos dieciséis metros de altura", explica además el Padre Shafran.
El Santuario es el "corazón espiritual de la Inspectoría" y de la Familia Salesiana también por otras razones. Durante muchos años, los salesianos han vivido aquí su retiro anual, y muchos acontecimientos de la Familia Salesiana han tenido lugar aquí: conferencias salesianas, jornadas de espiritualidad y marianas, talleres para animadores, capítulos y retiros, aniversarios, ordenaciones y profesiones.
Su relevancia como santuario no es solo salesiana, sino también eclesial: recientemente fue elegido como sede de las Puertas Santas durante los Jubileos y es uno de los sitios favoritos del cardenal neoyorquino Timothy Dolan para pedir gracias especiales, como hizo durante la pandemia de Covid-19.
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