El Sistema Preventivo está más centrado en el muchacho y en los límites de su edad, por lo que, con la asistencia asidua y amorosa del educador, que está presente paterna o maternalmente, aconseja y apoya. En la actualidad, esta es la pedagogía de la reciprocidad, donde la empatía es ese acto que permite mirar al otro con calidez, con afecto y simpatía, es decir, comprender al otro con una mirada humana, acoger al otro con una palabra humana, donde uno considera al otro no como un objeto, sino como un sujeto.
Prevenir hoy en día se convierte en la oferta de alternativas que llevan al estudiante a tomar decisiones significativas para su vida. Es un sistema educativo que supera con creces el sistema represivo lineal que, desde los tiempos de Don Bosco, ya dirigía al educador a ser un mero seguidor de órdenes.
La novedad del Sistema Preventivo se basa en su fidelidad a las fuentes inspiradoras que tienen que ver con la preocupación de hacer realidad la plena humanidad del niño y del joven a partir del reconocimiento de su perfectibilidad.
Partiendo de una visión integralmente cristiana, Don Bosco ofreció su mensaje a todos e implicó en su obra a la mujer, valorando su potencial formativo una vez que reconoció en María Mazzarello el arte de vivir el Sistema Preventivo en clave femenina.
Lo que define el Sistema Preventivo es la opción fundamental por el Reino. Los valores que inspiran los movimientos pedagógicos, a saber, la afirmación de la vida, la dignidad del hombre, el honor, la virtud, la ciencia y el poder deben armonizarse plenamente para dar forma al ideal humano. Don Bosco siempre creyó que la educación liberaría al hombre. Por ello afirmamos que el Sistema Preventivo es nuestro "modo" de ser salesiano, es una espiritualidad.
Una escuela debe ser concebida como un espacio educativo para aprender a aprender, a vivir juntos, a creer, a ser y a hacer. Todo esto requiere pensar en la escuela como un espacio privilegiado para la comunicación de ideas e ideales, la reflexión y la acción, la solidaridad y el respeto a las diferencias.
Por: Padre Reinaldo Barbosa de Oliveira, SDB,
Fuente: www.boletimsalesiano.org.br