Monseñor Antônio, ¿Qué dinamiza y da movimiento a la pasión evangélica por anunciar el evangelio?
Nosotros tenemos grandes fuentes que dinamizan nuestra vida y nuestro trabajo pastoral. Estamos movidos, indudablemente por la pasión Evangélica, porque tenemos a Jesús como nuestro maestro a quien debemos anunciar. Ciertamente da movimiento en este trabajo la Doctrina Social de la iglesia y los Derechos Humanos y como salesianos tenemos un carisma que nos acerca a los pobres, a los necesitados y de manera especial a los jóvenes.
¿Podemos hablar de evangelización y promoción humana?
La iglesia no puede pensar en la Evangelización sin la promoción humana. No podemos hablar del amor a Dios sin hablar del amor al prójimo. Por tanto, la Promoción humana es un elemento fundamental para el anuncio del Evangelio.
¿Nos puede presentar su trabajo pastoral?
La Arquidiócesis de Belén do Pará alberga a un promedio de dos millones de personas, tenemos 90 parroquias, cinco áreas misioneras, y tenemos grandes desafíos. Es una población que crece desordenadamente. La iglesia debe tener una enorma creatividad pastoral para estar con la gente y acompañar la vida de las personas que viven en pobreza extrema, violencia, drogadicción, etc.
¿Cuál es la situación de los jóvenes en la Amazonía?
La situación juvenil en la Amazonía es muy compleja y diversa. Trabajamos con jóvenes “indígenas” de diversas etnias y cada uno de ellos con una cultura diversa. Tenemos a los jóvenes “rivereños” que viven al margen de los ríos y que sufren los problemas urbanos. Tenemos los jóvenes “negros” que viven en las ciudades y que la gran mayoría es pobre. Con cada uno de estos grupos tenemos el desafío de la promoción humana, pero el desafío más grande es acompañarlos en la vida espiritual y para ello se requiere tiempo y creatividad… Yo creo que la pasión por Jesús y la pasión del misionero es ir al encuentro de los que más nos necesiten.