¿Qué significará para ustedes la realización de la JMJ en Panamá?
Para nosotros es verdadero honor ser anfitriones de la JMJ. Panamá es un país en desarrollo, con muchas ventajas geográficas y económicas. Su gente es una mezcla de razas y de culturas. Es un pueblo abierto al mundo, El Centro de América. Por aquí pasa la mitad del comercio mundial. Entre edificios y centros comerciales vive un pueblo lleno de alegría, esperanza y amor. El pueblo panameño abre sus brazos al mundo y se siente feliz de recibir al Papa y a los peregrinos de la jornada.
¿Cómo se van preparando a nivel de Iglesia panameña?
La iglesia está haciendo grandes esfuerzos por prepararse a la JMJ. La arquidiócesis se ha organizado en diferentes comisiones que están trabajando en los preparativos de la jornada. Hay una coordinación central que aglutina a todos los agentes de pastoral involucrados. Hay una comisión para la acogida de los peregrinos. Se ha pedido que todas las parroquias e iglesias se adornen con motivos de la jornada. Hay una serie de souvenirs que ya se están vendiendo para animar a los fieles y apoyar para los gastos. Todas las semanas hay reuniones de las distintas comisiones en preparativo para la jornada. Nuestro parroco, el padre Carlos Vilanova, SDB, colabora en el Departamento de Pastoral en la Feria Vocacional, y en el Parque del Perón. Igualmente hay que mencionar que tanto el coordinador general de la jornada y muchos de los miembros de la comisión central son antiguos alumnos y alumnas de Don Bosco o formaron parte de los grupos juveniles salesianos.
¿Cómo preparan el encuentro mundial del MJS durante los días de la JMJ?
La inspectoría del Divino Salvador, Centro América, ha asumido la organización del encuentro del MJS durante la jornada. Se celebrará el Forum del MJS en las instalaciones de la Basílica Don Bosco y la Fiesta del MJS se realizará en el Colegio Técnico Don Bosco de Panamá. Estas son las dos obras salesianas de Panamá. Hay una comisión inspectoría presidida por el Padre Rene Santos, delegado inspectoría para la Pastoral Juvenil. El MJS local está organizado en varias comisiones para atender la logística de este encuentro.
¿Qué cambios están organizando?
Desde que se supo que la JMJ iba a ser en Panamá, los salesianos de Centroamérica reflexionamos sobre nuestra presencia en esta nación que tanto ama a Don Bosco. Consideramos que debíamos impulsar una atención más esmerada a nuestras dos presencias. El Colegio Técnico Don Bosco ese está transformado para ser un centro de capacitación y formación técnica para jóvenes necesitados. Se están actualizando sus equipos y sus procesos académicos. Hay un gran impulso a la formación técnica en Panamá impulsada por los salesianos.
Por otro lado la Basílica Don Bosco está reformando sus estructuras, se está restaurando el templo, se están adecuando sus instalaciones. Además, y sobre todo, se están impulsando los procesos de evangelización entre todos los fieles que asisten a la Basílica. Se está trabajando para hacer de la Basílica el Valdocco de América. Esto comienza con el impulso al oratorio. Las barriadas cercanas a Basílica son de personas muy pobres. Hay muchas dificultades. A pesar de que Panamá es un país con mucho progreso, hay sectores de la población que no tienen acceso a los más indispensable. Esos son nuestros destinatarios y estamos renovando el oratorio para dar una mejor atención a nuestros chicos.
Más allá de la Jornada Mundial, queremos que Panamá sea un país donde la presencia Salesiana sea significativa entre los jóvenes más pobres y abandonados.
¿Qué mensaje desean comunicar desde uno de los Santuarios a Don Bosco con más devotos en el mundo?
Panamá tiene un amor muy particular a Don Bosco. Durante la novena, en preparación al 31 de enero, la gente canta: “Don Bosco es de Panamá y Panamá es de Don Bosco”. El día de la fiesta de San Juan Bosco miles de personas asisten a la procesión solemne, pero también hay muchas procesiones dedicadas a Don Bosco en todo el País. La devoción a Don Bosco en Panamá es algo único. De alguna manera Don Bosco se enamoró de esta tierra y enamoró a los panameños. La Jornada Mundial de la Juventud es un buen momento para irradiar este amor al Espíritu Salesiano, a la figura de Don Bosco. Es una oportunidad para anunciar al Mundo que se puede ser Santos en la Alegría y en el cumplimiento del Deber. Queremos decirle al mundo que vale la pena trabajar por los jóvenes, que ellos son nuestra esperanza y nuestro futuro. Queremos mandar un mensaje juvenil en el más auténtico estilo de Don Bosco. Estamos esperándoles jóvenes con los brazos abiertos.
¿Tienes algo que comunicar a la Familia Salesiana del mundo?
Queremos decirles a los miembros de la Familia Salesiana que esta es su casa. Que los esperamos en el Valdocco de América. Que nos estamos preparando con muchos sacrificios, trabajos y esfuerzos para tenerles una casa digna. Queremos ser esa Casa que acoge, esa Escuela que Educa, esa Iglesia que evangeliza y ese Patio donde encontrarnos como amigos.
