¿Elegiste el destino o te lo asignaron? ¿Estás feliz con eso?
Había expresado mi preferencia por América del Sur, pero estoy feliz de estar destinado a Eslovenia: es un buen país, con gente agradable y acogedora. Ya he tenido algo de experiencia de esto en las tres semanas que pasé allí.
¿Cómo tomaron tu decisión misionera las personas cercanas?
Cuando informé de mi vocación misionera a mis familiares, los amigos y la mayor parte de mis hermanos, me dieron gran apoyo y me prometieron rezar por mí. Aunque algunos me decían: “Quédate a trabajar aquí, nos faltan salesianos”.
¿Tienes dudas o temores sobre la nueva cultura, la nueva realidad…?
Por supuesto, como creo que les sucede a todos los seres humanos; comunicar en un clima muy diferente al de mi país, y además del idioma que tiene origen diferente al francés o al italiano; pero con la ayuda de Dios, de Don Bosco, de todos los santos salesianos y de mis hermanos salesianos eslovenos, poco a poco sé que lo lograré.
¿Qué proyectos o sueños tienes para tu misión?
Mi único plan es dejar que el Espíritu Santo continúe el buen trabajo que inició en mí, ayudarme a aprender muy bien el idioma de la gente y a integrarme en la sociedad eslovena.
¿Tienes modelos misioneros que quieres imitar?
Mi modelo es Giovanni Cagliero. Don Bosco le confió la guía de sus salesianos en la Patagonia cuando era muy joven, trabajo que hizo con confianza en Dios y total obediencia en el carisma de Don Bosco.
La vida misionera es ante todo evangelización y celo pastoral de las almas. ¿Te sientes preparado en este campo?
Estoy bastante preparado para esto. He tenido un tiempo adecuado para el discernimiento y la formación en los últimos ocho años de mi formación inicial. Además, tengo la oportunidad de asistir al curso misionero antes del envío. Todo esto me ha dado tiempo suficiente para reflexionar y prepararme para la misión que Dios me está dando.
¿Quieres enviar un mensaje a tus hermanos jóvenes?
A los hermanos les digo: la vida misionera es hermosa y dulce. Simplemente ve más allá de tus miedos y abrázalo, especialmente cuando escuches la voz de Dios llamándote. Y a los jóvenes: no tengáis miedo, hay muchos otros jóvenes esperándoos en los diferentes rincones del mundo salesiano. Ve más allá de lo que creas que son tus limitaciones y trabaja para el Señor en las misiones.
A mis hermanos les digo: la vida misionera es hermosa y dulce. Simplemente tienes que ir más allá de los miedos y abrázala, especialmente cuando escuches la voz de Dios llamándote. Y a los jóvenes: no tengan miedo, hay muchos otros jóvenes esperándoles en los diferentes rincones del mundo salesiano. Vayan más allá de lo que creen que sean sus límites y trabajen para el Señor en las misiones.