¿Cómo ha nacido esta idea?
La idea nació en el 2015, después de la asamblea general de los exalumnos que se realizó en Roma. Un amigo que había participado me trajo muestras de café tostado que venía de Tailandia. En ese período tenía una pequeña torrefacción de café local y me vino la idea de comprar ese café. Así contacté a los
¿Cómo fue su primer viaje a Tailandia?
He pasado una semana visitando las chacras, las cafeterías y viendo el café torrado del equipo DiBosco, guiado por el señor Paisan. Me impresionó el gran corazón de los tailandeses, siempre sonrientes. Al inicio pensaba que sería yo quien les ofrecería algo a ellos, pero al final fueron ellos que me mostraron el modo de trabajar y de vivir, y a ofrecerme amistad y colaboración.
¿Cómo está creciendo el “DiBosco Coffee” y cuáles conexiones tiene con otros países?
Esta parte es una "aventura", es necesario crear una red con otros países y esto es un proceso a largo término y que requiere empeño, pero estamos encontrando muchas personas interesadas así como un café óptimo en cualquier lugar adonde vayamos. Trabajamos actualmente con productores en África, Centro y Sur América, y Asia. En la actualidad estamos trabajando con países como Colombia, Costa Rica, El Salvador, Haití, Estados Unidos de Norte América, Tailandia, Filipinas, Timor Este, Brasil, Kenia, Congo, Eslovaquia, Hungría, Reino Unido, Irlanda, Malta, Polonia y República Checa. Lentamente estamos buscando ampliar nuestra red por ambas partes: productores y clientes o socios. Se subraya que nuestro comercio es equitativo y solidario, vale decir que sabemos a quién le compramos el café, cuáles son las condiciones de cultivación, y siempre hay un enfoque ético.
¿Cuáles son los sueños y las perspectivas futuras del “DiBosco Coffee”?
Como indicado, nuestros objetivos son a largo plazo. Queremos tener la capacidad de entrar en nuevos mercados de América y África, y nos propusimos abrir mil negocios de café en los próximos diez años. Con una red de este tipo podremos desarrollar las potencialidades de cooperación internacional de los exalumnos y al mismo tiempo hacer conocer a Don Bosco, a los salesianos y a los exalumnos. Con nuestro café queremos animar, llevar un poco de energía y de alegría, a los soñadores como nosotros.