“Apenas llegué a Austria, pregunté por la iglesia más cercana. Quería hablar con el párroco y ofrecerle cantar en misa”, dice. Esta experiencia fue el primer paso de todo lo bueno que venía. Fue en ese momento donde Giovani empezó a construir una nueva historia.
“Debo hacer algo con los jóvenes de aquí”, se preguntaba constantemente. Esa era su meta: llegar a los jóvenes. Luego de algunos años, las puertas de aquel sueño se abrieron. Con trabajo y dedicación, pudo fundar el primer oratorio de la localidad: Pfarre Bad Vigauin. “Lo armé como viví mi etapa de oratoriano”.
En Bad Vigaun, durante la Bajada de Reyes Magos, un grupo de niños y jóvenes visitan cada hogar para pedir una donación, que será utilizada para diferentes proyectos educativos y formativos del mundo. Un 90% de lo recolectado es destinado a Salzburgo, para luego ser distribuido a los lugares que necesiten ayuda.
Uno de estos lugares se encuentra en Perú, en lo más profundo de nuestra Amazonía: el Centro de Formación Técnico Intercultural Yankaum Jintia. Allí podemos encontrar diversos jóvenes de distintas comunidades nativas: Achuar, Wampis, Quechuas y Candozi.
Este apoyo nace gracias a Giovani, quien luego de una serie de averiguaciones y preguntas en Salzburgo, tomó contacto con la Fundación Don Bosco del Perú para ofrecer una significativa donación anual.
Su ímpetu y sus ganas de servir han hecho de Giovani una mejor persona y un gran “Amigo de Don Bosco”.