La obra salesiana de Bari se remonta a 1905 y fue fundada por el P. Miguel Rúa, I Sucesor de Don Bosco. Hoy la obra se extiende sobre 20 mil metros cuadrados “de amistad y futuro”. Es un espacio abierto compuesto por campos deportivos, escuela de formación profesional, oratorio y centro. Está dirigido por el P. Francesco Preite, y acompañado por una comunidad de colaboradores, religiosos y laicos, para llevar a cabo los numerosos proyectos: un internado para 30 estudiantes universitarios fuera de casa; una comunidad educativa residencial para menores no acompañados y menores denunciados por el tribunal penal; una escuela de formación profesional para 60 muchachos con un diploma de escuela media, con experiencia de abandono familiar y abandono escolar prematuro; un centro socioeducativo diurno para 30 menores, que acoge a niños en riesgo de marginación y desviación; y un taller cultural con “la biblioteca del barrio”.
El corazón de la obra es la parroquia y el oratorio, frecuentado por 300 niños del barrio, de 8 a 25 años, que también pueden encontrar proyectos de apoyo escolar, programas de catecismo y cursos recreativos y deportivos.
El barrio en el que se encuentra, "Libertad", es una encrucijada de jóvenes vitales, multiétnicos... Pero también está marcado por las dificultades de integración, el abandono escolar, la falta de perspectivas de trabajo, así como el crimen organizado. Los Salesianos han aceptado el reto y han iniciado un proyecto de formación. El P. Preite prefiere llamarlo “una obra de construcción antimafia, un camino hacia un sentido de justicia contra todas las formas de delincuencia... Siempre hay esperanza en los jóvenes, de lo contrario no tendría sentido todo lo que hacemos aquí, es decir, devolver a los jóvenes su presente, darles la oportunidad de vivirlo plenamente, darles una perspectiva para el futuro”.
Sobre el valor de la educación y la espiritualidad salesiana y la ciudadanía activa, habló el Cardenal López Romero en el pensamiento de las “Buenas noches” ofrecido el sábado 22 de febrero en el Oratorio del “Redentor” de Bari.
En su mensaje el cardenal refirió: “Como Don Bosco, me siento muy bien aquí entre ustedes mis queridos jóvenes. Yo era como ustedes, un chico del oratorio en España. Y aprendí muchas cosas en el oratorio: a jugar al fútbol, tenis de mesa... Pero sobre todo aprendí a conocer y a amar a Jesús y a María. Y esto es lo mismo que les deseo a todos ustedes. Que puedan pasar buenos días aquí en el oratorio, haciendo deporte, aprendiendo muchas cosas... Pero, sobre todo, que puedan aprender a ser ciudadanos honestos y amigos de Jesús y María”.
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