Cada semana, las madres depositan entre 1.000 y 5.000 francos congoleños (FC - 0,60 céntimos a 3€) al fondo del grupo, y otros 200 FC al fondo de solidaridad. Después de unas semanas, se puede solicitar un crédito, que es dos o tres veces más alto que sus ahorros. Las madres que se afilian a este fondo pueden beneficiarse de una subvención de 10.000 francos FC que se utilizará en situaciones de necesidad, como es el caso del nacimiento de un hijo, una enfermedad o un duelo en la familia.
En el “Centro Don Bosco”, junto a estas madres, hay dos trabajadoras sociales, Gisèle Cibasa y Nicole Mapendo, que asisten regularmente a las reuniones semanales de cada grupo y recogen información sobre cada miembro. Las dos asistentes escuchan a cada persona individualmente, visitan las casas de las mujeres y descubren sus historias.
Gisèle y Nicole han dibujado una serie de retratos de estas mujeres, que a menudo tienen grandes ideas y proyectos, pero necesitan ayuda para iniciar o reforzar sus actividades. Muchas de las madres viven en situaciones difíciles y tienen diversos problemas relacionados con la salud, la alimentación y la escolarización de sus hijos.
Los dos asistentes sociales han decidido seleccionar un centenar de madres (y algunos padres) a las que el Centro Don Bosco podría asignar una pequeña cantidad -no reembolsable- que les permita iniciar una actividad generadora de ingresos. Se ha elegido a las madres más necesitadas y que viven en las situaciones más dramáticas.
Este es el caso de Nyassa Nyakisoka: su casa ha sido destruida, su marido está gravemente enfermo y tampoco hay dinero en la familia para los medicamentos. O el caso de Bwinja Aline: no tiene padre y dejó la escuela secundaria ayudar a su madre y a sus once hermanos.
Está Helene Murhula, abandonada por su marido y obligada a abandonar su casa. Sus hijos no van a la escuela y ella está buscando una manera de garantizarles un futuro. Didienne Mukunda también está luchando por pagar las cuotas escolares de sus hijos y, al igual que ella, muchas otras mujeres a las que el Centro Don Bosco quiere ayudar, para que puedan volver a ponerse en pie y tener sus propios ingresos, para dar a sus hijos la esperanza de un futuro mejor.