Por ello, son representativas las palabras del Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos: “Agradezco de todo corazón a Vuestra Santidad por haber confiado al Sínodo de los Obispos la reflexión sobre un tema de extraordinaria importancia para la Iglesia que vive en Panamazonía y para el presente y el futuro de toda la humanidad”.
Al inicio del Sínodo, cabe remarcar que la historia de la Amazonía lo han hecho “mártires” quienes han entregado su vida para anunciar el Evangelio y para denunciar las injusticias. Nos basta recordar a los salesianos P. Rodolfo Lunkenbein y el laico Simão Bororo (1976). Pero, no podemos olvidar tampoco los nombres de Marçal de Souza Tupãi (1983); Ezequiel Ramin (1985); Cleusa Carolina Rody (1985); Josimo Moraes Tavavares (1986); Vicente Cañas (1987); Alejandro Labaka e Inés Arango (1987); Chico Mendes (1988); Galdino Jesus dos Santos (1997); Ademir Federici (2001); Dorothy Stang (2005) y con ellos los miles de laicos, religiosas, religiosos y sacerdotes que entregan su vida diariamente.
“Sínodo es caminar juntos bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo – ha declarado el Santo Padre – El Espíritu Santo es el actor principal del Sínodo… hay que dejar que el Espíritu Santo se exprese en esta Asamblea”.
La tarde del 07 de octubre, los 176 miembros del Sínodo eligieron a los miembros de las diversas comisiones. En la Comisión de información fue elegido entre otros obispos, el salesiano Mons. José Ángel Divassón Cilveti, del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho (Venezuela).
Este evento tiene cuatro dimensiones que deben ser reflexionados: la pastoral, la cultural, la dimensión social y la dimensión ecológica, pero de entre ellas – ha manifestado el Papa - “la dimensión pastoral, es la esencial, la que abarca todo. Nos acercamos con corazón cristiano y vemos la realidad de la Amazonía con ojos de discípulo para comprender e interpretarla con ojos de discípulo”.
Al finalizar la tarde, Sor Teresa Cediel Castillo, Misioneras de la Madre Laura, ha recalcado que la presencia de la mujer en la Amazonía es esencial para anunciar a Jesucristo “porque hay pocos sacerdotes... y nosotras hacemos una presencia constante”.