¿A qué edad comenzó a practicar el fútbol?
Empecé a jugar fútbol cuando era niño; yo soy costeño y mi casa queda cerca de la playa, fue allí donde empecé a jugar con mis amigos y después nos íbamos a bañar en el mar. En mi vida, el fútbol me ha marcado bastante, porque te encuentras con el otro, compartes un clima de amistad y aprendes valores como el apoyo al otro, el respeto, la humildad.
¿Qué significado tiene el fútbol en su trabajo pastoral?
El fútbol mueve mucha gente, en un mundial todas las personas detienen sus actividades para mirar los encuentros. Lo mismo sucede en el pueblo achuar, cuando hay partidos o campeonatos, a los jóvenes no les importa caminar una o dos semanas, ellos se van hasta que puedan jugar. Veo bastante inquietud de los jóvenes por ser futbolistas, de aprender a jugar mejor y yo me pregunté: ¿Por qué no buscar otro camino de evangelización a través del fútbol? Yo considero que evangelizar no es que solo el sacerdote llegue, oficie misa, confiese y ya... Hay que salir, buscar otros caminos sobre la misión, como dice el papa Francisco.
¿Qué sueño le gustaría hacer realidad?
Mi sueño es fundar una escuela de fútbol en el pueblo achuar, que no existe actualmente a pesar de que los chicos tienen ganas de mejorar su técnica, sus habilidades... Por ello, en febrero de este año, estuve en Ambato para participar en un congreso de fútbol y ciencia durante tres días. Esta idea de la escuela la inicié en la comunidad de Wasakentsa y he ido a otras comunidades a entrenar.
¿Cuál es el desafío con la juventud achuar?
Ahora hay muchas ofertas desde afuera como las drogas o el mal uso de la tecnología. Entonces, a veces, los jóvenes se involucran en esas cosas. La meta es utilizar al deporte para llamar su atención y que se vayan alejando poco a poco de estos vicios y darles la oportunidad a los mismos jóvenes de que sean animadores y formadores de otros muchachos.
Por: Cristian Calderón