Cerca de 30 agentes pastorales de parroquias y colegios, recibieron su diploma después de seis meses de estudio. Postularon al plan de estudios sobre 177 personas de cuatro diócesis diferentes, número que se redujo a 112, que fueron los que finalmente lo aprobaron.
El sínodo de los obispos “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” fue el inicio para crear una instancia formativa. El diplomado nació de la necesidad de la Iglesia global, para dar una respuesta concreta frente al tiempo sinodal que se vivía.
Éste proceso de formación fue el resultado del trabajo en conjunto de la Congregación Salesiana en Chile, la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal de Chile (Cech) y el Instituto Pastoral de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH). El diplomado se desarrolló de mayo a octubre en modalidad online.
La hermana Carolina Madariaga, Asesora Nacional de Pastoral Juvenil de la Cech, dirigió unas palabras a los presentes y en especial a los estudiantes, “estamos invitados a anunciar a Jesús a los jóvenes, atrevernos a hacer cosas nuevas y pensar una pastoral distinta”, añadió.
Gabriela Caliú de la comunidad Shalom deleitó a los presentes con su voz interpretando dos temas musicales.
El estudiante egresado, Juan Pablo Méndez, dirigió unas palabras, agradeciendo que se diera esta instancia formativa y de reflexión. “Gracias por confiar y apostar por los jóvenes, debemos llegar a ellos de una forma directa, para que se sientan acogidos en una comunidad cristiana. Los jóvenes son la esperanza de nuestra alicaída iglesia y podemos hacer que todos conozcan a Dios”, señaló.
Participaron de la ceremonia, el P. Carlo Lira, Inspector de los Salesianos en Chile y Gran Canciller de la UCSH; P. Galvarino Jofré, Rector de la UCSH; docentes, coordinadores pedagógicos y tutores del diplomado, dentro de los cuales se encontraban: Viviana Altamirano, Javier Díaz y Ricardo Nadales de la Cech; César Gonzalez y Freddy Araya de la Pastoral Juvenil Salesiana y el sacerdote salesiano P. José Chaf.
“Los jóvenes son un terreno complejo, porque la realidad cultural que viven es diversa, el entregarles un verdadero proceso de formación integral es un servicio para la iglesia. Esta instancia formativa del diplomado trae esperanza para una iglesia que tiene que responder a los nuevos desafíos que se presentan”, expreso el P. Lira.