¿Qué visión tiene el Documento final sobre los jóvenes?
El documento final no solo debe leerse, sino que debe estudiarse cuidadosamente, porque es un mapa actualizado con precisión y meticulosidad. En general, tiene una visión esperanzadora y positiva de los jóvenes. Considera a los jóvenes capaces de elegir, de soñar con grandes cosas, habitados por la presencia de Dios, que a veces deben ser despertados por una pastoral capaz de propuestas significativas e incisivas. Una visión que podríamos llamar "salesiana", en el sentido de que tiene sus raíces en el optimismo antropológico de San Francisco de Sales. El documento final tiene este aspecto: no oculta las debilidades de los jóvenes, sino que ve la presencia y la acción de Dios en ellos.
¿Cuál crees que es el fruto más importante del Sínodo?
El primer capítulo de la tercera parte hace la diferencia. Porque realmente va a la “sinodalidad,” que concretamente significa: “Caminemos juntos con los jóvenes”. No se trata de hacer “una opción preferencial para los jóvenes”, ¡sería muy poco! Más bien es una elección de “sinodalidad”, en la cual los jóvenes, en un todo eclesial; reúne a cada bautizado. Ellos son los protagonistas. Nadie en la Iglesia es un mero “receptor”, todos tenemos algo que dar y recibir.
¡Los jóvenes han sido la clave que ha abierto las puertas de la “sinodalidad” en la Iglesia! Este es un gran resultado, una novedad del Espíritu, que hace que todas las cosas sean nuevas.
En este sentido también hablamos de “sinodalidad misionera”: es un término nuevo, profundo y simple. Afirma que la misión de la Iglesia debe partir de la calidad relacional de sus miembros, incluidos los jóvenes. Es hermoso el n° 118 del documento final, donde clarifica esta visión. “La puesta en práctica de una Iglesia sinodal es el requisito indispensable para un nuevo impulso misionero. El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.
¿Qué importancia tiene la elección del icono de Emaús como hilo conductor del Documento Final?
Emaús ha sido señalado por la mayoría de los Padres sinodales como un referente privilegiado por ser una Iglesia importante hoy en día para los jóvenes. Las tres partes del documento final se refieren a los tres momentos del episodio. Jesús caminando con ellos, los escucha pacientemente y los deja que se expresen desde su corazón confundido. Jesús anuncia y parte el pan, redirigiendo sus vidas. Los discípulos se van nuevamente y dan testimonio del encuentro con Jesús: es la historia de la Iglesia, de cada comunidad, de cada persona, de cada joven.
El significado profundo de todo esto reside en un viaje que debemos hacer juntos con los jóvenes y con Dios, y Emaús es, por lo tanto, otra imagen de la “sinodalidad”.
La segunda parte de la entrevista del P. Rossano Sala se publicará en ANS en los próximos días.