Se trata de dos sacerdotes: P. Joseph Suksan, tailandés, y P. Antonio Miele, misionero italiano, que residen en Yala y animan una parroquia dedicada a San Andrés. Junto con un sacerdote diocesano que reside en Betong, cerca de la frontera con Malasia, y la comunidad de las Pequeñas Siervas del Inmaculado Corazón de María (SIHM) que pertenecen a la Familia Salesiana, trabajan en los centros de Betong, Yala y Pattani.
Solo una fe fuerte y un coraje salesiano, ayudan a los miembros de la Familia Salesiana ir adelante a pesar de la situación llena de desafíos y dificultades. Las pequeñas comunidades católicas se vuelven cada vez menos, porque muchos católicos emigran debido a la peligrosidad del entorno que los rodea. Actualmente nadie se siente seguro de viajar por la noche y es difícil encontrar algún catequista o agente pastoral disponible. Incluso un simple viaje en automóvil se puede convertir en un peligro, debido a las docenas de bloqueos construidos por las fuerzas de seguridad.
En los últimos años, incluso el número de estudiantes de las pocas escuelas católicas en las tres provincias ha disminuido significativamente. La única escuela técnica existente, construida por el fallecido P. Gustav Roosens, SDB, cerca de Pattani, por razones de seguridad, no inician los cursos, luego de finalizado el año 2013. Sin embargo, a pesar de esta situación, la educación y el testimonio diario en las escuelas católicas continúa.
Los miembros de la Familia Salesiana se encuentran presentes donde a nadie le gusta ir y al mismo tiempo se sienten agradecidos por el apoyo a la Diócesis y de la Inspectoría de Tailandia que se manifiesta de muchas formas.
Por su parte, los misioneros en Yala manifiestan: “Oramos por la paz y por la llegada de más voluntarios, de salesianos y de laicos. Esto animaría a nuestra grey católica a permanecer en esta situación y a seguir dando testimonio de nuestra fe”.
Fuente: AustraLasia