El testimonio del P. Lunkenbein y Simão Bororo este año es más relevante que nunca. En primer lugar, por los 125 años de la presencia misionera salesiana en Mato Grosso, cuya celebración comenzó el 18 de junio y concluirá en enero de 2019.
Además, porque cae en el camino de preparación al Sínodo especial para la región de Pan Amazónica deseado por el Papa Francisco, que se realizará en octubre del próximo año. Un sínodo que tiene como objetivo “identificar nuevas formas de evangelización del pueblo de Dios en las áreas de la gran Amazonía, especialmente entre los pueblos indígenas”.
La figura del catequista indígena Simão Bororo también es un ejemplo poderoso en relación al “Año de los Laicos” promovido por la Conferencia Episcopal de Brasil, que representa un modelo cristiano “que supo asumir su vocación con el radicalismo evangélico, que tuvo la experiencia de ‘inculturación’ del Evangelio en su vida, que fue testigo de su fe en Jesucristo y que compartió la alegría del Evangelio con su pueblo y los misioneros”.
Y finalmente, el modelo de estos dos mártires es también un punto concreto para el tema que guía el próximo 28º Capítulo General: "¿Qué salesianos para la juventud de hoy?" y el “Aguinaldo 2019” sobre la santidad.
“El P. Rodolfo y el laico Simão - continúa el P. Mendes en su carta – fueron testigos de la fe en el Resucitado, vivido en el servicio diario y en contacto fraterno con la gente, en el trabajo, en la predicación de la Palabra y en la catequesis, en la oración ordinaria, en el amor a María, en la alegría y en el compromiso evangélico a la causa indígena”.
“Al celebrar 42 años del martirio del padre Rodolfo y del laico Simão Bororo, tenemos muchos motivos para dar gracias a Dios por el don de la santidad en la Iglesia y en la Congregación Salesiana”.
El texto completo de la carta se encuentra disponible, en portugués.