Mons. López Romero, de 65 años, fue ordenado por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, llegado a Rabat especialmente para la ocasión, en una catedral abarrotada como en pocas ocasiones por feligreses de origen europeo y subsahariano, ya que los cristianos marroquíes tienen prohibido asistir a Misa.
A título meramente institucional estuvieron presentes el Wali (gobernador) de Rabat-Salé, el presidente de la Comisión de Ulemas y representantes del ministerio de Exteriores, junto a numerosos diplomáticos.
Durante la larga ceremonia de ordenación -en francés y español, con otras plegarias en numerosas lenguas europeas y africanas-, el Cardenal Omella recordó al nuevo arzobispo que su trabajo consistirá en gran medida en asistir a los emigrantes y estudiantes subsaharianos en Marruecos, que en los últimos años son el principal público en las iglesias católicas del país magrebí.
Pero el Cardenal Omella precisó en dos ocasiones que esa labor debe hacerse "sin ninguna forma de proselitismo", en alusión a que el Código Penal marroquí prohíbe expresamente toda actividad consistente en "desviar a los musulmanes de su fe", y en el pasado se han registrado casos de expulsión de extranjeros por tratar de convertir a los marroquíes.
Mons. López Romero recibió el báculo episcopal del francés Mons. Vincent Landel, que renunció al arzobispado tras una labor de 19 años al frente de la diócesis de Rabat.
En breves palabras el Arzobispo de Rabat manifestó: “He venido para amaros. El principal servicio que yo debo prestaros no es el de organizar actividades, dirigir las parroquias o tomar iniciativas pastorales, sino el servicio del amor”.
Concluyó con una frase: “Mi hoja de ruta deberá tener como punto de referencia al Papa Francisco”.
Fuente: El dia.es
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