Por Izumi Sakura
En el encuentro con los jóvenes, el arzobispo Savio propuso como modelos de vida al nuevo beato Takayama Ukon, a San Francesco Saverio y a Matteo Ricci, misioneros en China, modelos de inspiración para los jóvenes en su camino por la vida, sobre todo haciendo hincapié en la importancia de la amistad, y de crecer en virtud y sabiduría.
El arzobispo Savio visitó la Parroquia internacional de Hamamatsu dirigida por los salesianos, el “Bible Camp” a las orillas del lago Nojiri y se encontró con algunos miembros de la Familia Salesiana de Nagasaki. En Hamamatsu participó en un intercambio fraterno con la comunidad local y tuvo la experiencia de la “ceremonia del té”, junto con los fieles de la parroquia de japonés.
En Nojiri, el arzobispo vio el trabajo pastoral de la Inspectoría Salesiana y continuó con una breve visita en la comunidad de las Hijas de María Auxiliadora y el trabajo con las muchachas.
En una entrevista, unas horas antes de salir de Japón, Mons. Savio habló de dos grandes desafíos que enfrentan los jóvenes de hoy: el “respeto a la Vida” y la “identidad”. Al comentar sobre las altas tasas de suicidio entre los jóvenes, habló de su superficialidad con que se vive la vida, y la desorientación como la causa de una crisis de identidad.
Instó a los miembros de la Familia Salesiana a acompañar a los jóvenes con el Evangelio, ayudando a descubrir plenamente la vida de acuerdo con la exhortación del Santo Padre de caminar con los jóvenes unidos por el espíritu de familia, transmitiendo el amor de Dios por ellos y utilizando el Sistema Preventivo propuesto por Don Bosco.