Trabajo en la escuela Técnica de Aberdeen (ATS) como director durante uno 11 meses. Estoy feliz de vivir la amabilidad salesiana y las grandes bendiciones de Dios en esta escuela. La gestión de una escuela en Hong Kong no es fácil, en parte debido a la disminución de la tasa de natalidad en los últimos 10 años y, en parte, debido a los muchos problemas sociales, las enormes diferencias entre los ricos y pobres, las casas pequeñas y muy caras, y el aumento de divorcios, entre otros problemas.
Muchos estudiantes sufren estos problemas sociales y están en necesidad. La casa de Acogida ayuda a los muchachos y hospeda un tercio de los estudiantes de la escuela cercana. Gestionar la casa de acogida es bastante difícil y estoy muy sorprendido que cada vez que tenemos un problema que tenemos que resolver, hay alguien que ayuda a solucionarlo.
A diferencia de otras escuelas en Hong Kong, la escuela está dirigida por dos salesianos, el P. Simon Lam y el P. Carlos Cheung. Compartimos las funciones religiosas y nuestra oración diaria. Tenemos la Santa Misa y la Lectio Divina. Si es una verdad que no todos los muchachos son católicos, muchos de ellos de gravedad oran seriamente. Puedo testificar y apreciar el espíritu salesiano para acompañar a los estudiantes, muy diferente a la experiencia que viví en la universidad durante mi formación.
El P. Lam es una persona determinada y fantástica. Todos los días después de la escuela, veo a muchos estudiantes que se reúnen en la oficina del P. Lam para ver las películas en inglés, tomar un aperitivo, jugar a las cartas o simplemente estar con los jóvenes para hablar y escucharlos. Para muchos de ellos el P. Lam es como un padre, un abuelo, pueden sentir su afecto de padre y su bondad.
El P. Cheung parece ser un hermano mayor. Es muy agradable y paciente con todos. Muchos estudiantes lo buscan para recibir un consejo, y es el que resuelve los problemas. Da una gran seguridad a nuestros estudiantes y los ayuda a desempeñar roles y funciones en muchas actividades religiosas. Su presencia fraterna da una sensación de gran confianza y autoestima a los muchachos.
Realmente debo agradecer a Dios que me regala esta oportunidad de trabajar con dos sacerdotes salesianos y con la comunidad SDB en ATS. Me han dado un profundo conocimiento del Sistema Educativo Salesiano, basado en la bondad de Don Bosco y en el acompañamiento a los jóvenes. Espero que, a través de la guía de Dios, la escuela puede funcionar sin problemas y sobre todo ayudar para que los jóvenes más pobres crezcan adecuadamente”.