"Karare es prácticamente una isla en el desierto al borde de un pequeño bosque, y se encuentra poblada por unos ochenta elefantes”, relata el P. Felice Molino, misionero salesiano en Kenia, que tiene entre sus tareas buscar ayuda y recursos necesarios para ayudar a las casas salesianas de Kenia y Tanzania que viven actualmente un momento difícil.
“Las Hijas de María Auxiliadora (FMA) - continúa – llevan una escuela secundaria para niñas que vienen desde el desierto: familias de pastores nómades en las que la mayoría de los niños son enviados a pastar. El trabajo de las religiosas es preparar a los futuros maestros para estas inmensas áreas y con la capacidad de sumergirse en el desierto. Dar dignidad y educación a estas niñas es muy importante. Las hermanas lo están haciendo bien y con gran sacrificio”.
La escasez de agua, obviamente, tiene consecuencias importantes desde el punto de vista de la higiene. Se encuentra muy seguido que alguna de las muchachas o alguna religiosa se enferme de malaria o fiebre tifoidea. “No tienen agua – Continúa el P. Molino y a pesar esta situación, las 200 niñas deben conformarse con el agua recogida de la lluvia que se hace por goteo durante la estación lluviosa. Ellas no tienen una planta de tratamiento de aguas residuales, y lo único que hacen es hervir el agua que beben”.
Por esta razón, las FMA de Karare tienen proyectan realizar un sistema eléctrico alimentado por paneles solares, que se utilizaría para calentar el agua, pues en la mañana y en la noche el frío es muy duro. Por otro lado, se proyecta crear un sistema de purificación del agua, lo que serviría para eliminar las enfermedades que afectan a los estudiantes y a las misioneras.
Mayor información se encuentra disponible en el sitio: Missioni Don Bosco