Akash nació y creció en una familia cristiana digna, que lo amó y lo acompañó en todas las etapas de su vida: su padre y su madre, sus hermanos y su hermana fueron presencias importantes con quienes construyó relaciones sinceras y lazos profundos. Su discipulado de Jesús se manifestó en convicciones firmes, testimonio valiente y una vida cotidiana laboriosa y atenta a las necesidades del prójimo.
La profunda experiencia de la espiritualidad salesiana, derivada del “Sistema Preventivo” de Don Bosco, tuvo un impacto significativo y personal en su formación humana y espiritual. Lo llevó a desarrollar una profunda comprensión y amistad con Cristo. La razón, la religión y la amorosidad influyeron de manera determinante en su crecimiento en la fe y fueron pilares esenciales en la construcción de su camino.
“Akash Bashir – afirma el padre Pierluigi Cameroni, postulador general – es un signo y una semilla de esperanza para los jóvenes de nuestro tiempo, que con frecuencia ven derrumbarse sus sueños. Su testimonio es fuente de inspiración para ellos y para su futuro, en la lucha contra toda tentación de renuncia, melancolía y desánimo”.
A la luz del Jubileo de la Esperanza, su testimonio brilla con un resplandor especial, como lo recuerda el papa Francisco en la Bula de convocatoria del Año Santo: “El testimonio más convincente de esta esperanza nos lo ofrecen los mártires, que, firmes en la fe en Cristo resucitado, supieron renunciar incluso a la vida terrena antes que traicionar a su Señor. Ellos están presentes en todas las épocas y son numerosos, quizá más que nunca, en nuestros días, como confesores de la vida que no conoce fin. Necesitamos custodiar su testimonio para hacer fecunda nuestra esperanza”.
Cabe recordar que este año se celebran los veinticinco años de presencia salesiana en Pakistán, donde los hijos de Don Bosco están presentes con el Don Bosco Technical Centre de Lahore, que ha contribuido a la educación, el desarrollo técnico y la capacitación de los jóvenes, y ha graduado a más de ocho mil jóvenes; y el Don Bosco Learning Center de Quetta.
Los jóvenes que han pasado por las casas salesianas están llevando una vida digna en la sociedad y difundiendo el nombre de Don Bosco en todo Pakistán.