A lo largo de los años, los salesianos han hecho una inmensa contribución a su bienestar. De hecho, cabe destacar que, entre todos los operadores de las organizaciones, tanto religiosas como laicas, que trabajan en el asentamiento, los Hijos de Don Bosco son los únicos que residen en el campo: la capacidad y la voluntad de los salesianos de estar en estrecho contacto con los refugiados les han valido admiración y respeto.
Los Hijos de Don Bosco animan una gran variedad de actividades en el campo, entre las cuales destaca el servicio espiritual a los refugiados. En el campo de refugiados, los salesianos gestionan la única parroquia católica, dedicada a la Santa Cruz, que cuenta con diez estaciones misioneras distribuidas por todo el campo. Además, dado que la gran mayoría de los refugiados son niños y jóvenes, en 2014 se fundó el Savio Club, con el objetivo de facilitar la educación en la fe y el desarrollo personal de los niños del campo.
Otro aspecto fundamental de la misión salesiana en el campo es ofrecer competencias técnicas a los refugiados. En colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, en inglés), los salesianos han puesto en marcha el Don Bosco Technical Institute, que ofrece a los refugiados cursos de construcción, electrotecnia y energía solar, mecánica de vehículos a motor, hidráulica, sastrería, soldadura, secretaría, informática y programas de alfabetización. Para facilitar el acceso a la formación, los salesianos gestionan otros cuatro centros en todo el campo que ofrecen los mismos servicios. En total, la escuela forma a más de tres mil alumnos cada año: jóvenes que han recibido la oportunidad de ganarse la vida, ya sea en el campo de refugiados (que ahora está estructurado como un gran pueblo, con tiendas, talleres y fábricas) o en su país de origen, en caso de retorno.
Para llevar adelante todos estos servicios en un contexto de gran fragilidad y dificultad, los Hijos de Don Bosco necesitan el apoyo de todos. Por ello, han recurrido también a la Procura Misionera salesiana de Turín, Missioni Don Bosco, que ha lanzado un nuevo proyecto para cubrir los gastos educativos de varios jóvenes que asisten a los cursos profesionales: “son adopciones a distancia, ‘becas de trabajo’, que para ellos representan una herramienta para el futuro, porque el trabajo significa dignidad, esperanza y seguridad”, afirman los salesianos de Turín.
Para más información, visitar el sitio: www.missionidonbosco.org